
Tendrá una prueba exigente, pero no estará solo. En Santiago del Estero, con el respaldo de sus hinchas que ocuparán las tribunas como neutrales, San Martín buscará reencontrarse con el triunfo frente a Güemes, recuperar la cima de la zona A y, sobre todo, sostener el buen rendimiento que viene mostrando lejos de casa. La misión no será sencilla y Ariel Martos lo sabe. Por eso, en la previa, decidió guardar sus cartas y apelar al misterio, sin confirmar el equipo. En tiempos donde cada detalle cuenta, el efecto sorpresa es una herramienta que el entrenador también elige utilizar.
“Todos los partidos son difíciles, de local o de visitante. Y no podemos regular ni en compromiso, ni en intensidad, ni en concentración”, sostuvo Martos, con la claridad que lo caracteriza. El escenario elegido también suma motivación. “Es un hermoso estadio y el campo de juego está impecable. Por la idea que tenemos, nos puede favorecer”, apuntó, ilusionado con que el juego por abajo tenga su recompensa.
Lo único prácticamente confirmado es que no habría grandes cambios en la última línea. Con Darío Sand como figura y referente del equipo, el bloque defensivo estaría integrado por Federico Murillo, Guillermo Rodríguez, Tiago Peñalba y Hernán Zuliani. Entre los relevos, estará Juan Orellana, ya recuperado de su lesión, quien espera con ansiedad la chance de sumar minutos.
En la mitad de la cancha aparecen las principales incógnitas. El regreso de Matías García, luego de recuperarse de una contractura, genera una competencia directa con Leonardo Monje, que ocupó el rol de cinco de marca en los últimos partidos. Más adelante, todo indica que Gabriel Hachen y Juan Cuevas seguirán como los encargados de manejar los hilos del equipo y asistir al tridente ofensivo. En un campo rápido y en gran estado, el pase justo puede marcar la diferencia.
Con ese panorama, la gran incógnita está en el frente de ataque. La mala noticia de la semana fue la lesión de Juan Cruz Esquivel, quien sufrió un esguince en el tobillo derecho y será baja, al menos, por dos partidos. Su reemplazante podría salir entre Ulises Vera -ya recuperado de una distensión en el aductor- y Nicolás Castro, quien dejó buenas sensaciones en su debut contra Ferro en Caballito. Ambos cuentan con ritmo e intensidad, dos aspectos valorados por el cuerpo técnico.
Pero no son las únicas alternativas. También estarían disponibles Aníbal Paz y Gonzalo Rodríguez, este último ya listo tras dejar atrás una luxación de hombro que no requirió intervención quirúrgica.
En la otra banda se mantendría Franco García, mientras que Martín Pino seguiría como referencia en el área, con Aaron Spetale como primera opción de recambio desde el banco.
“Va a ser un rival muy intenso, corren mucho. Tienen jugadores de buen pie. No sé si son ásperos, pero sí muy intensos y dinámicos. Va a ser un partido complicado”, analizó Martos, remarcando que Güemes es mucho más que su posición en la tabla. “Nosotros iremos a proponer lo nuestro y tratar de traer los tres puntos desde Santiago”, agregó con convicción.
A pesar de que la derrota contra Patronato fue un golpe duro, la preparación para el duelo de esta tarde no tuvo particularidades. “De la misma manera de siempre, con el mismo compromiso y la misma intensidad”, explicó el DT. Para él, la clave pasa por mantener la concentración sin importar el rival ni el escenario.
Claro; es que más allá del planteo táctico, hay un factor emocional que siempre está presente. “El solo hecho de ponerse la camiseta de San Martín ya es una motivación muy especial. Y hasta te diría suficiente”, reconoció Martos, que defendió a capa y espada a sus dirigidos. Justamente ahí aparece otro factor determinante. “Lo de los hinchas es un agregado extra. Sabemos que los necesitamos. Y tratamos de responder desde adentro para que ellos estén conformes y podamos darles una alegría”, expresó.
En un estadio imponente, con una superficie ideal para su propuesta, San Martín buscará que las certezas superen a las dudas. No solo para volver a la cima. También para seguir alimentando una ilusión que mantendrá en vilo al fanático hasta el cierre del torneo.