¿Te considerás un amante de los perros? Esto dice de vos la psicología

¿Te considerás un amante de los perros? Esto dice de vos la psicología

Paseos, caricias y juegos son apenas la superficie de una relación que, según la ciencia, podría revelar mucho más de lo que imaginamos.

05 Julio 2025

El cariño profundo que muchas personas sienten por sus perros no es un simple acto de afecto, sino un reflejo de cómo pensamos, sentimos y nos vinculamos con el mundo. Así lo revelan recientes investigaciones en el campo de la psicología que comienzan a explorar con mayor atención este lazo afectivo.

La psicóloga y especialista en adiestramiento canino Vanessa Carral publicó un estudio en la revista Society & Animals Journal donde sostiene que la conexión entre los seres humanos y los perros responde a una necesidad emocional genuina. Según explica, en muchas ocasiones las personas buscan en sus mascotas una forma de amor incondicional, libre de juicios y exigencias, algo que no siempre es fácil de encontrar en las relaciones con otros seres humanos.

“Los perros no juzgan, no cuestionan, y brindan afecto constante. Por eso su compañía puede volverse tan significativa, especialmente para quienes enfrentan situaciones de estrés, soledad o ansiedad”, señaló Carral. Desde esta perspectiva, el vínculo humano-canino actúa como un verdadero sostén emocional y una fuente de estabilidad afectiva.

Pero los hallazgos no se detienen ahí. Investigaciones realizadas de forma conjunta por la Universidad de Florida, la Universidad Carroll y la Universidad Marquette sugieren que las personas con mayor afinidad hacia los perros tienden a ser más extrovertidas, expresivas, sociables y empáticas. Además, suelen sentirse cómodas en entornos naturales, adoptan actitudes prácticas frente a los desafíos cotidianos y muestran una notable capacidad de adaptación a distintas circunstancias.

El perfil del “amante de los perros”, según estos estudios, incluye también una fuerte inclinación hacia el respeto de normas sociales, el disfrute del contacto con otros y una sensibilidad desarrollada hacia el bienestar ajeno. “El vínculo con un perro no solo es una experiencia emocional, también puede reflejar rasgos de personalidad y modos de vinculación afectiva profundamente arraigados”, remarcan los investigadores.

Sin embargo, los especialistas advierten sobre la necesidad de mantener ese vínculo en un marco saludable. Un apego excesivo o una dependencia emocional desmedida puede producir desequilibrios, tanto en la persona como en el animal, afectando el bienestar de ambos.

Amar a un perro, según la psicología, es mucho más que una expresión de afecto: es un espejo de quiénes somos, cómo nos vinculamos y qué buscamos al construir una vida con más afecto, compañía y sentido.

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