La utilización de trabajadores golondrina para trasladar cocaína parecería ser la nueva metodología que utilizan los narcos. En menos de un mes efectivos de Gendarmería Nacional secuestraron casi 60 kilos de ese estupefaciente. Esa cantidad de droga, en frontera se cotiza en U$S 210.000.
Los agentes de la fuerza federal realizaban los habituales controles apostados en la localidad de Rapelli, Santiago del Estero, en la ruta 34, cuando en horas de la madrugada frenaron el desplazamiento de un colectivo de larga distancia. El ómnibus, de una empresa jujeña, viajaba con un contingente de trabajadores de Jujuy, Salta y Bolivia hacia la provincia de Buenos Aires.
En ese contexto, los gendarmes subieron a la unidad que había partido desde Salta, para comenzar con los controles físicos y de identidad de los pasajeros. Durante la inspección los uniformados advirtieron una frazada que tenía un peso fuera de lo común. Ante las sospechas suscitadas, requisaron el elemento y observaron que había un total de 44 paquetes envueltos con cintas amarillas. En total pesaba 45 kilos de cocaína. Dos trabajadores jujeños, al reconocer que la manta era de su propiedad, terminaron siendo detenidos.
Crisis nerviosa
Mientras realizaban las actuaciones, notaron que dos ciudadanos bolivianos habían estallado en una crisis de nervio. Después de una conversación, uno de los sospechosos confirmó que habían consumido unas 187 cápsulas de cocaína. Inmediatamente fueron trasladados hacia la capital santiagueña para que iniciaran el proceso de evacuación y después se concretara su procesamiento. Los especialistas estiman que en el interior de sus cuerpos podrían tener hasta dos kilos de esa sustancia.
El micro con obreros golondrina había partido de Orán y tenía como destino una finca de la localidad de Guaymallén, Mendoza. Al llegar al control de Molle Yaco, efectivos de Gendarmería Nacional percataron que un trabajador tenía en su poder dos matafuegos. Los levantaron y descubrieron que eran más pesados que lo normal. Con autorización judicial, abrieron los cilindros y encontraron 13 kilos de cocaína.
Según los especialistas, el proceso de ocultamiento de la cocaína podría haberse realizado en la ciudad boliviana de Potosí, donde existen antecedentes de talleres que realizan este tipo de trabajo.
“El narcotráfico tuvo un crecimiento exponencial, no sólo en las cantidades de droga que circula en la región, sino también en la sofisticación de las maniobras de ocultamiento”, sostuvo Ricardo Toranzos, fiscal federal de Salta. Los funcionarios judiciales indicaron que los narcos se están aprovechando de la crisis económica y social que se vive en el país para conseguir personas que acepten trasladar droga.








