Las turbulencias son uno de los terrores más difundidos entre los pasajeros de un avión y una experiencia que podría convencer a más de uno a tomar otro medio de transporte. Se trata de una experiencia bastante usual en los vuelos, sobre todo en los que son a larga distancia, pero en el último tiempo demostró un potencial mucho más dañino. Los vuelos con niveles severos de turbulencias se volvieron un poco más frecuentes y la tendencia parece deberse al cambio climático.
De acuerdo con la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) 30 pasajeros y 116 miembros de la tripulación resultaron gravemente heridos debido a las turbulencias entre 2009 y 2021. Un antecedente reciente de gravedad fue el del viaje de la aerolínea Ryanair que volaba desde Berlín a Milán. Los informes reportaron que los pasajeros fueron arrojados desde sus asientos hacia el techo cuando el avión fue sacudido por graves turbulencias a principios de este mes.
Turbulencias más graves
Y los movimientos caóticos podrían ser más extremos con el cambio climático. Esto afirmaron el el profesor Lance M Leslie y Milton Speer de la Universidad de Tecnología de Sydney , quienes descubrieron un vínculo entre las "ráfagas de viento anormales" y el calentamiento global.
En el informe citado por el medio británico The Daily Mail, los estudiosos descubrieron, mediante técnicas de aprendizaje automático, que el calor y la humedad son "ingredientes clave" para las ráfagas de viento peligrosas conocidas como "ráfagas descendentes".
Las ráfagas descendentes pueden causar estragos durante el despegue y el aterrizaje, provocando que los aviones ganen o pierdan altitud peligrosamente. Basándose en sus hallazgos, los científicos piden a las autoridades de seguridad aérea y a las aerolíneas que sean "más vigilantes durante el despegue y el aterrizaje en un mundo en calentamiento".
El papel del cambio climático
"Nuestra investigación es una de las primeras en detallar el mayor riesgo climático que corren las aerolíneas debido a las microrráfagas de tormentas eléctricas, especialmente durante el despegue y el aterrizaje", explicaron en un artículo para The Conversation .
"Las aerolíneas y las autoridades de seguridad aérea deberían prever microrráfagas más fuertes".
La relación entre el calentamiento global y las turbulencias está en el aumento de la cantidad de vapor de agua en la atmósfera interior. Esto se debe a que 1°C de calentamiento permite que la atmósfera retenga un 7% más de vapor de agua. "El aumento del calor y del vapor de agua provoca tormentas eléctricas más fuertes", explicaron.
El peligro de las tormentas eléctricas y "las microrráfagas"
El principal problema de las tormentas eléctricas para los aviones es el riesgo de cambios rápidos y peligrosos en la fuerza y dirección del viento a baja altitud, según los expertos.
En particular, pequeñas ráfagas descendentes de apenas unos pocos kilómetros de ancho, llamadas "microrráfagas", pueden causar cambios abruptos en la velocidad y dirección del viento. Es preocupante que, a medida que las temperaturas en todo el mundo continúan aumentando, las microrráfagas solo empeorarán.
Pronósticos desalentadores
"El calentamiento del clima aumenta el vapor de agua de la troposfera de niveles bajos y medios, generalmente transportado desde regiones con altas temperaturas en la superficie del mar", añadió la pareja en su estudio.
"En consecuencia, se espera que en el futuro aumente la ocurrencia e intensidad de ráfagas de viento destructivas causadas por microtormentas húmedas", concluyeron los investigadores.