El emotivo gesto del capitán de San Martín en el triunfo con Ferro que conmovió al fútbol argentino

El emotivo gesto del capitán de San Martín en el triunfo con Ferro que conmovió al fútbol argentino

Darío Sand lució una cinta especial que lo nombra padrino de una unidad pediátrica y cumplió la promesa hecha en el Hospital Avellaneda.

GRAN GESTO. Darío Sand posa junto al doctor Pedro Rotger. Ambos lucen la cinta de capitán, con una mención especial a la UCCC. Foto de Alejandro Cruz/PRENSA CASM.

El jueves por la tarde, los pasillos del hospital Avellaneda se llenaron de algo más que médicos, enfermeros y tratamientos. Hubo abrazos, risas, silencios y miradas que decían más que mil palabras. Fue allí, en la Unidad de Cuidados Crónicos Complejos (UCCC), donde el fútbol se cruzó con la vida en su forma más frágil y a la vez más poderosa. Futbolistas de San Martín de Tucumán visitaron el Servicio Crítico Integral Pediátrico (SECRIP) sin cámaras ni flashes, solo con ganas de estar.

Ese día, Darío Sand, arquero y capitán del equipo dirigido por Ariel Martos, fue nombrado padrino honorífico de la unidad. No fue un gesto simbólico, sino un reconocimiento a un vínculo real, forjado en la sensibilidad y la presencia constante. Lo que nadie imaginó es que tres días después, el correntino cumpliría una promesa en silencio: en el partido contra Ferro, en Caballito, lució la cinta de capitán que le habían regalado los profesionales de la sala. Una cinta especial, que no llevaba logos deportivos ni el escudo del club, sino la palabra “padrino”. Esa acción, tan simple y tan profunda, convirtió los dos goles en mucho más que una victoria.

“Le prometí al doctor que por supuesto la iba a usar en los partidos”, contó Sand en diálogo con LA GACETA, todavía emocionado. “Además de la cinta, me regalaron un cuadro con unas palabras muy lindas y un diploma. Mis compañeros también lo recibieron. Fue un lindo momento”, expresó el arquero.

Durante la visita, también participaron Mauro Osores, Juan Cuevas, Hernán Zuliani, el kinesiólogo Gerardo Daniel y el masajista Fernando De Lucca, quienes recorrieron la unidad junto al doctor Pedro Rotger, coordinador de la UCCC, y compartieron tiempo, historias y emociones con los pacientes y sus familias.

“No lo buscamos por donaciones ni por un acto institucional. Fue algo que se dio de manera natural. Él quiso volver porque ya nos había visitado el año pasado. Sintió afecto por este lugar. Lo que parecía una visita, se transformó en un lazo. Por eso le propusimos ser padrino”, explicó Rotger, quien no ocultó su emoción al ver salir a Sand a la cancha con la cinta. “Cuando lo vi usarla contra Ferro fue un momento muy fuerte. No lo esperábamos. Fue más de lo que imaginamos. Eso habla de quién es él como persona”, agregó.

ENCUENTRO. Juan Cuevas habló con los padres de los niños internados y le dio regalos a los más pequeños. Foto de Alejandro Cruz/PRENSA CASM.

Pero no fue solo Sand quien se sintió transformado.

“Me generó mucha emoción y felicidad, porque a pesar de la situación que están pasando, los chicos estaban muy contentos con nuestra visita. Ver esa felicidad en sus caras, y en la de sus padres, fue lo más valioso que nos llevamos”, aseguró Zuliani, uno de los más conmovidos durante la visita.

Para el lateral izquierdo, el impacto fue inmediato. “La importancia es muy grande. Son familias que luchan día a día en muchos aspectos, tanto de salud como emocionales. Poder cambiar su estado de ánimo con nuestra presencia tiene un valor inmenso”, dijo el defensor.

El hospital no es un lugar fácil. Y menos la UCCC, donde los niños dependen de respiradores y tecnología médica para vivir. Muchos están allí de forma prolongada, algunos con enfermedades graves como epilepsia refractaria, parálisis cerebral severa o afecciones genéticas. Sin embargo, Rotger decidió ver el lado positivo. “No es solo una sala de cuidados, es una sala donde celebramos la vida. Festejamos cumpleaños, abrazamos, cantamos. Porque lo importante es cuidar desde el amor”, expresó el doctor, con una enorme sonrisa.

Durante la visita, el plantel “santo” no solo compartió momentos con los niños internados, sino que también se tomó el tiempo de dialogar con sus familias. En ese intercambio, los jugadores escucharon historias de lucha, de amor incondicional y de esperanza, y valoraron profundamente el vínculo que se generó.

GRAN EMOCIÓN. Sand abraza al doctor Pablo Rotger, tras la entrega de una cinta y una emotiva carta. Foto de Alejandro Cruz/PRENSA CASM.

"Son verdaderos héroes", dijo Sand sobre los profesionales de la Salud

“Siempre es gratificante ir, pasar un rato con los chicos y los padres. Ver la fortaleza que tienen te deja muchas enseñanzas”, aseguró Sand. “De los chicos se aprende casi todo. Pero su fortaleza y las ganas de salir adelante son impresionantes. De los profesionales también: su predisposición, la humildad. Son verdaderos héroes”, dijo el arquero con esa voz de mando que lo caracteriza.

“Nos contaron la situación de cada niño. Aprendimos cosas de higiene, del trabajo diario que hacen. Ver a los padres conformes con la atención que reciben también nos dejó tranquilos. Es admirable lo que hacen todos ahí dentro”, valoró Zuliani.

Entre los presentes, Marcelo, papá de Ana Paula, paciente internada en la Unidad, resumió en una frase la gratitud de las familias. “Los profesionales de la salud juegan un partido muy importante para nosotros, que es la vida de nuestros hijos. No solo nos visitó un equipo de fútbol, nos visitó un equipo humano”, explicó.

En ese cruce de realidades, donde el fútbol se puso de rodillas ante la vida, algo cambió.

Para los jugadores, para los médicos, para los padres y, sobre todo, para los chicos. Esa cinta en el brazo izquierdo de Sand, usada con orgullo y humildad durante el triunfo 2-0 frente a Ferro, no fue solo un detalle. Fue una promesa cumplida, una señal de que la empatía puede ser más fuerte que cualquier resultado.

Comentarios