
Desde el inicio del gobierno de Javier Milei, la inflación comenzó un proceso de desaceleración con altibajos, alcanzando en mayo un 1,5%, el valor más bajo desde 2017. Sin embargo, a pesar de este gran avance macroeconómico, persiste una preocupación en el plano micro: las tasas de interés se mantienen altas, lo que encarece el crédito para personas y empresas y podría representar una limitación para el crecimiento económico, indica un reporte de Invecq Consultora Económica.
Actualmente, la tasa nominal anual para préstamos personales se ubica alrededor de 75%, mientras que para adelantos a empresas en torno al 37%. “Considerando que el Relevamiento de Expectativas del Mercado del Banco Central proyecta una inflación cercana al 20% para los próximos 12 meses, los agentes enfrentan un costo real de financiamiento muy elevado, dado que se estarían endeudando a una tasa fija mucho mayor a la inflación esperada”, explica Esteban Domecq, director de la consultora. Por lo tanto, tomar crédito para capital de trabajo o para llevar a cabo un nuevo proyecto de inversión se convierte en una opción poco viable bajo estas condiciones de tasas altas respecto a la inflación, acota.
Domecq será uno de los disertantes del II Congreso de Economía y Finanzas del NOA, organizado por el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF). El encuentro se realizará mañana en el salón de actos del Colegio de Graduados en Ciencias Económicas de Tucumán. El economista explica que, cuando la inflación se reduce rápidamente, es esperable que las tasas de interés acompañen esta menor nominalidad. Sin embargo, advierte, en el contexto actual, al gobierno le resulta funcional que esas tasas se mantengan altas: por un lado, actúan como un ancla para evitar presiones cambiarias, especialmente tras la reciente flexibilización del cepo; y por otro, desalientan el financiamiento en pesos y fuerzan a las empresas a utilizar sus propias divisas como capital de trabajo, una alternativa relativamente más conveniente que endeudarse a estos niveles de tasa.
Así, en períodos de muy alta inflación, convenía endeudarse a una tasa fija, ya que quedaba muy por debajo, pero eso se revirtió con la desaceleración del Índice de Precios al Consumidor (IPC). En este escenario de altas tasas de interés reales que enfrentan los deudores, la morosidad comenzó a mostrar señales de deterioro: el ratio de irregularidad subió de 1,5% en diciembre de 2024 a 2% en marzo de este año, impulsado principalmente por los préstamos personales (de 3,3% a 4,1%). En el caso de los adelantos a empresas, se mantuvo estable. “Aunque los niveles siguen siendo bajos, es importante señalar que comienzan a mostrar una tendencia creciente frente a las elevadas tasas”, puntualiza Domecq.
En conclusión, aunque la estrategia monetaria actual ha sido efectiva en estabilizar el tipo de cambio y controlar la inflación en el corto plazo, mantener tasas elevadas implica riesgos claros para la reactivación económica y limita el crecimiento a través del crédito productivo. “Será fundamental evaluar si las condiciones monetarias actuales se sostienen y cómo evoluciona la política económica tras las elecciones, para evitar un deterioro en la inversión y la actividad económica general”, fundamenta.
Problema global
Domecq también hizo un anális respecto del conflicto bélico entre Irán e Israel y sus consecuencias en la economía global. El consultor expresa que el principal impacto se observó en el precio del petróleo, que alcanzó un nuevo máximo de U$S 78,50 por barril (Brent), el mayor pico desde enero -aunque aún por debajo del máximo registrado en septiembre 2023-. El riesgo país en las economías emergentes (EMBI) creció 2,3% la semana anterior y en la Argentina registró una variación de 3,9%, para el mismo período. “A nivel global, las bolsas sostuvieron caídas en casi todos los países durante la semana y el mercado local no fue la excepción, el Merval en dólares registró una caída de 2,5% el martes, aunque recuperando 3,6% en las dos jornadas posteriores”, detallla.
En el frente financiero internacional, la Reserva Federal sostuvo sin cambios la tasa de referencia en el rango (4,25%-4,5%), conforme a lo esperado por el mercado, y revisó al alza las proyecciones de inflación y desempleo y a la baja las de crecimiento del PBI, tanto para este año como para 2026. “En el mientras tanto, Brasil elevó tu tasa de política monetaria desde 14,75% hasta 15%, conforme a expectativas de inflación que se sostienen en niveles superiores a la meta fijada por el Banco Central”, analiza.
Sin capacidad de ahorro: cómo está la economía en las familias argentinas
Tres de cada 10 personas están en una situación de desequilibrio financiero directo: es decir que gastan más de lo que ganan. Además, cuatro de cada 10 no tienen ninguna capacidad de ahorro, según un informe de Humor Social elaborado por la consultora Quiddity. Solo el 28% de la población logra guardar dinero, un porcentaje muy inferior al observado en países vecinos como Brasil, México y Colombia, donde la cifra casi duplica la realidad argentina. Advierte que el 40% de las personas no logra guardar dinero y que la planificación del consumo se volvió clave en la vida cotidiana.