El dato positivo que ilusiona a San Martín de Tucumán en la previa del partido contra Ferro

El "Santo" ganó cinco veces fuera de casa y buscará en Caballito sostener esa racha que lo mantiene en los puestos de arriba.

ENFOCADO EN LO QUE VIENE. Ariel Martos todavía no definió el “11” titular, que podría contar con el retorno de Franco García en el tridente de ataque. ENFOCADO EN LO QUE VIENE. Ariel Martos todavía no definió el “11” titular, que podría contar con el retorno de Franco García en el tridente de ataque.

Luego de una semana intensa en la que el foco se dividió entre el deseo de recuperar la solidez y el cierre del mercado de pases, San Martín se mete de lleno al duelo contra Ferro con una certeza que se convirtió en argumento: cada vez que sale de Tucumán, se transforma en un equipo confiable, compacto y competitivo. A pocas horas de emprender el viaje rumbo a Buenos Aires, el equipo de Ariel Martos tiene claro que este presente sólido fuera de casa es el principal respaldo para volver a sumar de a tres.

Las estadísticas lo dicen todo: en nueve salidas, San Martín ganó cinco veces, empató tres y perdió solo una, en la cancha de Atlanta. Ese recorrido marca una tendencia clara. El equipo no solo consiguió resultados, sino que construyó una identidad que se afirma cuando juega en campo ajeno.

En escenarios diversos y con contextos disímiles, supo adaptarse, imponerse y resolver partidos con eficacia. Esa regularidad como visitante es hoy el recurso más valioso que tiene para recuperar el paso tras algunos tropiezos como frente a San Miguel y la igualdad contra Almagro.

Justamente el debut contra el “Tricolor”, en el inicio del torneo, mostró la primera señal. Con poco rodaje, el equipo se mostró serio, ordenado, sin exponerse de más. Luego, el triunfo en Paraná frente a Patronato confirmó que ese orden tenía respaldo en la ejecución: el gol de Juan Cuevas evidenció el trabajo. El “Patrón” se encontró ante una defensa firme,  con transiciones rápidas y una mentalidad competitiva que se volvió marca registrada. Esa misma lógica se repitió en Mendoza, contra Deportivo Maipú, y en Sarandí, donde le ganó por la mínima a Arsenal sin deslumbrar, pero siendo más inteligente que el rival.

En algunos partidos, como los empates contra Los Andes o Tristán Suárez, el “Santo” no encontró la profundidad necesaria para quebrar defensas cerradas, pero supo sostener el equilibrio. A pesar de esa limitación puntual, el equipo siempre mostró madurez.

Incluso en Mar del Plata, contra Alvarado, logró una victoria contundente por 2 a 0 -por el doblete de Juan Cruz Esquivel- con momentos de muy buen juego, sobre todo, en ataque.

En ese sentido, cada partido afuera reforzó la confianza interna: el grupo se planta, se concentra y saca provecho de sus fortalezas estructurales.

Sin embargo, la derrota frente a Atlanta fue una excepción. El equipo no estuvo a la altura, cometió errores en los momentos clave y lo pagó con el único traspié en condición de visitante. Pero, la reacción fue inmediata: una semana después, dio vuelta el partido contra Quilmes y se llevó un 2-1 que no solo significó tres puntos, sino que sirvió como reafirmación del carácter y la capacidad de respuesta del equipo.

“Tenemos nuestras armas, también somos un equipo fuerte. La idea es sostener la campaña como visitantes, recuperar la solidez defensiva, mantener el volumen de juego y ser protagonistas. Podemos ganar o no, pero el compromiso y la idea no se negocian”, había declarado Martos antes del duelo contra el “Cervecero” sobre el rendimiento de sus dirigidos lejos de casa.

Los resultados son el síntoma, pero el diagnóstico profundo tiene que ver con el funcionamiento.

San Martín se vuelve fuerte fuera de casa porque parte de una premisa clara: no regalar nada.

En defensa se muestra sólido, con pocas fisuras, y en el mediocampo mantiene el orden necesario para sostener partidos largos, cerrados o trabados. A eso le suma eficacia ofensiva: cuando encuentra espacios, los aprovecha. Cuando no, al menos no se desarma.

Esa estructura táctica, trabajada y sostenida durante toda la primera rueda, es la que hoy le permite al cuerpo técnico y al plantel mirar el calendario sin dramatismos.

Un nuevo desafío para San Martín

No obstante, puertas adentro, saben que el juego en Caballito exigirá una versión seria, decidida, pero también que el equipo ya demostró que puede ganar en estadios difíciles, contra rivales intensos y en escenarios desfavorables. Apoyarse en lo que funciona no es una estrategia conservadora, es la forma más lógica de seguir sumando.

Es cierto; que cada victoria como visitante fue distinta, pero todas tuvieron un punto en común: la concentración.  San Martín entendió que lejos de casa no hay margen para errores. Por eso ajustó detalles, minimizó riesgos y se volvió un equipo incómodo. Y es esa incomodidad que genera es la que, ahora, debe volver a aparecer para destrabar un partido que puede marcar un nuevo punto de inflexión.

El presente obliga a mirar hacia adelante con lucidez. Volver a sumar de a tres se volvió una necesidad concreta para no perder el ritmo en la tabla, y el respaldo no viene de promesas sino de hechos: San Martín ya probó, más de una vez, que tiene con qué ganar fuera de casa. Apoyarse en ese camino recorrido, recuperar el foco competitivo y volver a mostrar solidez son las claves para seguir en la pelea por la cima.

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