Los narcos vuelven a usar a “capsuleras” para transportar cocaína

Los narcos vuelven a usar a “capsuleras” para transportar cocaína

Investigadores afirmaron que esta modalidad de traslado de droga se incrementó durante los últimos meses en el NOA. Riesgos y métodos.

ESCONDITE. Según especialistas, una persona que trafica cápsulas con estupefacientes puede almacenar hasta un kilo de droga en su organismo.

En los últimos días Tucumán fue noticia a nivel nacional luego de que personal de Gendarmería detuviera a una mujer de nacionalidad boliviana tras ser descubierta transportando más de un kilo de cocaína en cápsulas, varias de las cuales llevaba en su interior. En lo que va del año, en la región ya se secuestró alrededor de 29 kilos de cocaína que traficaban las famosas “mulas” en el interior de su organismo. Especialistas explicaron cómo es el mecanismo que emplean para almacenar las cápsulas con la sustancia y los riesgos que esto conlleva.

El pasado 17 de junio, efectivos del Escuadrón 55 de Gendarmería realizaba un operativo de control sobre la ruta 9, a la altura del peaje “Molle Yaco”. Allí detuvieron la marcha de un ómnibus de larga distancia y mientras realizaban la inspección, detectaron que una de las pasajeras transportaba 12 cápsulas con una sustancia blancuzca dentro de su bolso de mano.

Ante este hallazgo, la mujer confesó que también había ingerido una cantidad no precisada de cápsulas. Inmediatamente, y ante el riesgo inminente para su salud, se dispuso su traslado al Centro de Salud, donde permaneció en observación entre 48 y 72 horas y luego quedó detenida. Allí se le practicó una radiografía que confirmó la presencia de decenas de cápsulas en su abdomen. Luego, la mujer evacuó un total de 106 envoltorios adicionales. En total, se secuestraron 118 cápsulas que, sometidas a pruebas de campo (Narcotest), arrojaron resultado positivo para cocaína, con un peso final de 1 kilo 388 gramos.

Este no es un caso aislado. Según registros oficiales, en lo que va de 2025 ya se decomisaron 29 kilos de cocaína transportados en cuerpos humanos. En el mismo período del año anterior, no se había registrado ningún hecho de estas características. Los paquetes provenían de La Quiaca (cuatro envíos), Bolivia (tres), Orán (dos) y Salvador Mazza (uno), y tenían como destino Buenos Aires, Mendoza, Salta, Jujuy y Santiago del Estero.

Los investigadores atribuyen este aumento a la combinación de dos factores: por un lado, el incremento en el uso de escáneres y controles más estrictos obliga a los traficantes a recurrir a métodos más difíciles de detectar. Por otro lado, la situación económica y social ha facilitado la captación de personas vulnerables.

Mecanismo

Según explicó el médico toxicólogo, Alfredo Córdoba, las cápsulas pueden ser preparadas con materiales como el celofán, plásticos o látex, especialmente preservativos; y cada bolsita puede contener alrededor de 0,5 y 10 gramos de cocaína. “Dependiendo del número de envases, cada “mula” puede transportar entre 500 y 1.000 gramos, es decir, entre medio kilo y 1 kg de droga en total”, indicó.

Para poder almacenar las cápsulas en su organismo, los narcotraficantes suelen administrar fármacos a las “mulas” que pueden provocar constipación o paralizar el intestino, lo que permite un tiempo mayor hasta la evacuación. “El método de expulsión es una defecación común. Puede haber una hidratación abundante y el consumo de sustancias para poder acelerar el tránsito. Se usan mucho los purgantes para acelerar y eliminar los productos”.

El profesional advirtió que esta modalidad delictiva representa un riesgo alto para la salud de las personas involucradas. “Si se produce la ruptura de los envases de cocaína dentro del organismo, esto puede provocar un infarto intestinal mesentérico, que es un cuadro sumamente mortal y rápido. Lo otro que puede ocurrir es una obstrucción mecánica del tracto gastrointestinal que obliga a una intervención quirúrgica urgente”.

Además señaló que basta con que se rompa una sola cápsula para comprometer la vida de una persona. “Tampoco hay que olvidar las filtraciones que puede dar pequeñas cantidades de cocaína al torrente sanguíneo que puede dar algún síntoma de intoxicación o excitación”, aclaró.

Protocolo

Tanto Córdoba como la directora del hospital Centro de Salud, Karina Loto, informaron que hay un protocolo cuando se detectan a personas “mula”. “Los pacientes son siempre traídos por Gendarmería, quienes están acompañados por un médico de la fuerza policial ya que hay que hacer un seguimiento muy estricto. Lo primero que se hace es controlar todos los parámetros vitales, se les coloca un suero y quedan bajo estricto control esperando a ver cuáles son las sintomatologías que presentan y a la vez evaluando que se realice de manera espontánea la evacuación de esas cápsulas”, dijo la profesional.

Una vez que el paciente termina de expulsar las cápsulas, se realiza una tomografía y diferentes test para evaluar si quedaron restos de la sustancia en el cuerpo. “Las personas nunca están informadas sobre los riesgos que presentan para la salud, además del compromiso judicial que a ellos se encomiendan”, manifestó Córdoba.

Los narcotraficantes suelen ofrecerle los trabajos a gente de bajos recursos

Según fuentes oficiales, más del  80% de las detenidas son mujeres que toman micros de líneas. Más del 70% son oriundas de Bolivia, que residen en nuestro país o que vienen de Bolivia con la droga. “Los vendedores se aprovechan de gente de bajos recursos para ofrecerles realizar esta práctica, que es tan riesgosa y para su integridad, a cambio de poco dinero. Ante la necesidad, estas personas aceptan sin tener saber el peligro y el compromiso para su vida y ante la Ley”, señaló Alfredo Córdoba, asesor del área de toxicología de la Provincia.

Normalmente, los detenidos quedan meses en la provincia porque los narcos incumplen con su promesa de darles asistencia legal en caso de que fueran detenidos.

La directora del Centro de Salud, Karina Loto, dijo que en el primer semestre del año recibieron aproximadamente cinco casos de personas “mulas” que fueron descubiertas en operativos de control. “Suelen ser de Tucumán, Salta y Bolivia. Depende de los lugares donde se realicen los controles”, explicó.

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