De "Filo" y Letras a YouTube: la historia de un tucumano que trabaja en el centro del mundo del streaming

De "Filo" y Letras a YouTube: la historia de un tucumano que trabaja en el centro del mundo del streaming

Nicolás Andjel pasó a ocupar una oficina clave en la plataforma a nivel nacional. La explosión del streaming. Poner límites en el trabajo es crucial.

EN UN PUESTO NEURÁLGICO. El tucumano de 35 años llegó a Google en 2016 y luego pasó a YouTube.

Cuando Nicolás Andjel pasilleaba la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT, donde estudiaba Ciencias de la Comunicación, no fantaseaba con liderar el vínculo entre YouTube y los principales canales de streaming de la Argentina; ni imaginaba que -años después- su oficina sería la entrada a una de las empresas más influyentes del mundo para creadores de contenido, medios y ejecutivos del ecosistema digital.

Su historia, que hoy lo tiene viviendo en Buenos Aires, no es un camino lineal, sino el resultado de una suma de decisiones, pasiones, esfuerzos y, como él dice, algo de suerte. “Nunca supe exactamente dónde quería ir. Fui de a poquito, eligiendo lo que me ofrecía mejores condiciones, lo que me interesaba más”, le cuenta a LA GACETA en una videollamada.

Andjel tiene 35 años; egresó en 2013 y su tesis de grado se centró en investigar el uso de la pauta oficial en la Municipalidad de San Miguel de Tucumán. El trabajo, dirigido por Oscar Flores, mostró su inquietud por entender los mecanismos del poder y la comunicación.

“Mi modo de ver el mundo está formado por la Facultad. Mi pensamiento crítico, mis habilidades comunicacionales, cómo transmitir una idea, cómo simplificar cosas complejas, me sirven todos los días de mi vida”, asevera orgulloso.

Tras obtener el título, sus primeros trabajos fueron en agencias tucumanas. Si bien la carrera no le enseñaba cómo hacer publicidad digital, fue uno de los primeros en interesarse por ese campo en un contexto donde todo era un territorio poco explorado. “Aprendí por mi cuenta el Google Ads -la plataforma de publicidad en línea de Google-. En ese momento ninguna agencia local lo trabajaba”, recuerda. Lo hizo porque vio una “veta, algo de negocio” y siempre le gustó la tecnología.

Camino hacia YouTube

La oportunidad de entrar a la sede en la Argentina de la empresa que creó YouTube llegó de forma inesperada. Un día de 2015, su hermana le avisó que alguien de la multinacional iba a viajar desde Buenos Aires para dar una charla en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNT. Se acercó a la Quinta Agronómica sin muchas expectativas. “Una persona de Recursos Humanos contó que existía Google Argentina, que no todos eran ingenieros y que había una web para postularse. Esa misma noche apliqué a dos puestos”, recuerda.

FORMADO EN CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN. Nicolás Andjel reivindica los conocimientos de su carrera.

Tuvo cuatro entrevistas, para las que se preparó con materiales disponibles en internet y repasó estrategias comunes de esas instancias de evaluación. “Tenés que entender qué labores hace el puesto, qué esperan de vos, y además mostrarte como una persona con la que quieran trabajar”, dice.

Si bien no deseaba irse de Tucumán, estaba dispuesto a hacerlo si eso le permitía crecer. “No es que quería irme a Buenos Aires, pero si comer y tener una buena carrera lo requería, lo iba a hacer”, admite. Cuando le confirmaron que había quedado, no dudó: “era una oportunidad; si salía todo mal, me volvía, pero no podía decir que no. Era como que me estaba llamando el Barcelona”.

Así, en 2016 entró a Google. Pasó de vender espacios publicitarios en una publicación mensual de economía en Tucumán a dar soporte técnico a agencias que usaban herramientas como Ads, Analytics o Merchant Center. Luego lo sumaron al equipo de grandes cuentas, donde analizaba datos y trabajaba con marcas como Coca-Cola o Samsung. “Terminé usando conocimientos de estadística que adquirí en la UNT y que pensé que jamás iba a usar”, reconoce.

Más tarde, Nico entró a YouTube, donde actualmente se desempeña como partner manager: es el principal referente para los canales y compañías de streaming más importantes del país. Los acompaña en el desarrollo de sus estrategias dentro de la plataforma, los ayuda a resolver problemas técnicos o comerciales, les facilita el acceso a nuevas herramientas y a pensar nuevas formas de crecer y monetizar. Uno de sus interlocutores es Pedro Rosemblat, el creador del canal de streaming Gelatina.

Un fenómeno nacional

Desde ese rol le tocó ser testigo directo del crecimiento explosivo de la industria del streaming en la Argentina. “Lo que pasa acá, no pasa en ninguna otra parte del mundo. Hablé con especialistas globales y todos lo confirman. Hay canales parecidos en otros países, pero ninguna industria tan concentrada y desarrollada como la que tenemos acá”, subraya.

Según Andjel, esta escena emergió de una combinación de factores muy distintos: talento, precariedad y oportunidad. “La Argentina es un país muy emprendedor. Estamos acostumbrados a hacer mucho con pocos recursos. Eso conecta con el alma de YouTube: una persona, una cámara, una comunidad”. Para él, estos nuevos medios supieron leer el código de época: hoy la gente no solo quiere estar informada, quiere sentirse parte de algo. Y el streaming ofrece eso”, define.

Nico trabaja en el corazón de una multinacional que organiza y ordena información (en este caso, videos) a través de sistemas complejos basados en algoritmos. Ese mecanismo, que define qué vemos y qué no, es objeto permanente de discusión: ¿qué hace que un contenido se viralice? ¿Por qué un video aparece primero y otro, no? Las respuestas no son sencillas y, como él mismo reconoce, forman parte de una receta casi secreta que ni siquiera los propios ingenieros conocen del todo.

“No hay nadie que baja una perilla y sube otra. Ni siquiera los ingenieros conocen el algoritmo completo. Lo que hace el sistema es tratar de mostrarte el contenido más relevante para vos. Y todo cambio apunta a mejorar eso”, señala sobre el mito algorítmico.

Trabajar en una empresa como Google, cuenta, es desafiante: “es un privilegio, pero también muy exigente. Si no aprendés a priorizar, podés pasarte la vida trabajando sin parar”. En su rutina aplica límites claros: evita responder mensajes fuera de horario de trabajo y aprendió a decir que no cuando una tarea excede su capacidad de tiempo. “Tenemos incluso entrenamientos para aprender a decir que no. Es una habilidad clave”, destaca.

Aunque tuvo oportunidades para irse al exterior, eligió quedarse en el país. “Acá está mi familia, mi gente, mis códigos. Me siento muy argentino. Y ahora que tengo una hija, valoro aún más poder volver seguido a Tucumán y mantener ese vínculo”, cuenta.

Claves

En el campo comunicacional, hoy la escena parece estar dominada por la incertidumbre: la inteligencia artificial está cambiando, como nunca antes se había visto, la producción, el consumo y la circulación de la información. En ese contexto, recomienda a estudiantes y profesionales mirar hacia adentro y animarse: “si te pica, hacelo ya. Se trata de eso y de ser constante. Algo de lo que yo he sufrido mucho es quedarme pensando en la ejecución perfecta, pero lo perfecto es enemigo de lo bueno. Hacelo mal, hacelo feo, y andá aprendiendo. Nadie la tiene tan clara”.

Con esa certeza construida a fuerza de prueba, error, perseverancia, azar y circunstancias de la vida (considera un privilegio haber podido estudiar sin tener que trabajar, porque su familia lo bancaba), su historia deja una pista posible: los caminos no siempre son rectos; pero a veces, con coraje, preparación y un poco de intuición, se puede llegar muy lejos.

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