¡QUÉ ESCENA! Janet Leigh puso el rostro y la cabeza, mientras que gran parte del cuerpo que se ve es de la doble, Marli Renfro.
Una de las escenas más famosas de la historia del cine, una de las imágenes de mayor carga de terror, tensionó a los espectadores de las salas. El 16 de junio de 1960 se estrenó “Psicosis” en Estados Unidos (en Buenos Aires lo hizo en marzo en 1961). Alfred Hitchcock rodó el filme entre el 11 de noviembre del 59 hasta el 1 de febrero del 60.
La historia se desarrolla en un motel cuyo dueño es un tal Norman Bates. Una noche llega al lugar una joven llamada Marion Crane, que se intenta ocultar de la policía aportando un nombre falso tras haber robado 40.000 dólares a su jefe. Luego de la cena, Marion decide tomarse una ducha antes de irse a dormir.
Hace 65 años la realización costó unos 807.000 dólares, y recaudó en todo el mundo 32 millones. De hecho, hizo multimillonario a Hitchcock, que se convirtió en el tercer mayor accionista de Universal Pictures. Además, “Psicosis” ganó el Globo de Oro 1960 a la mejor actriz de reparto (Janet Leigh), optó al correspondiente al mejor actor dramático (Anthony Perkins), y fue candidata a los Oscar 1960 a mejor director, actriz secundaria (Janet Leigh), fotografía y dirección artística en blanco y negro. Tras la muerte de Hitchcock en 1980, Universal produjo tres secuelas, un remake, un filme para televisión y una serie televisiva en forma de precuela, ambientada en 2010.
El guión de Joseph Stefano se basa en la novela homónima, escrita en 1959 por Robert Bloch, que a su vez se inspiró en los crímenes reales de Ed Gein, un famoso asesino en serie de Wisconsin.
Se trata de un clásico de Hollywood, una película atrevida que rompió moldes: entre otras cosas, Hitchcock se atrevió a matar a la protagonista antes de la mitad del filme.
La escena
El crimen más famoso en una ducha dura 45 segundos y la forman 78 planos. Para rodarla se recurrió a una doble, Marli Renfro, una modelo, bailarina y conejita de Playboy, que también apareció en la película “Tonight for sure” de Francis Ford Coppola. El director estaba fascinado con poder rodar esta escena. Lo más complicado era acatar las normas de Hollywood sobre la violencia y los desnudos femeninos. “La rodaré en staccato (NdelaR: cortes rápidos y abruptos entre las tomas) para que el público no se dé cuenta de lo que pasa”, dijo Hitchcock.
En la película sólo participan 14 personajes: 13 actores y el director en su faceta de extra. Como era su costumbre, Hitchcock aparece en algún momento en la película (a los seis minutos de su inicio): está fumando en la vereda y lleva un inesperado sombrero de cowboy.
Para muchos analistas son dos películas, unidas por la escena más icónica de la historia del cine. La primera parte es una historia moral común y corriente. Marion Crane (Janet Leigh) le roba U$S 40.000 a su empleado de Phoenix y se da a la fuga. Sentida de culpa, llega a un motel desierto y charla con el dueño, Norman Bates (Anthony Perkins). Él parece bastante amigable (le prepara sandwiches y le habla con cariño de su madre) y Marion decide devolver el dinero. La segunda parte es una novela policíaca. La hermana de Marion (Vera Miles) y su amante (John Gavin) investigan su desaparición y siguen sus pasos hasta el motel. Pronto, empiezan a sospechar de Norman.
Hitchcock filmó decenas de películas para el cine y otro tanto para la televisión. Su filmes más celebrados fue “Vértigo” (1958), “Con la muerte en los talones” (1959), “Los pájaros” (1963), “Frenesí” (1972), “La ventana indiscreta” (1954), “Rebeca” (1940), “39 escalones” (1935) y “El enemigo de las rubias’” (1927).
Presencia
El considerado maestro del suspenso no sólo está muy presente para los espectadores -la inmensa mayoría de sus películas se pueden ver en plataformas como Prime Video, Movistar Plus+, Apple TV+, Max o canales como TCM, en función del país de residencia-, sino que su influencia se sigue dejando notar en los cineastas actuales, al igual que pasaba con las generaciones anteriores. “Los actores son ganado”, le dijo Hitchcok a Francois Truffaut durante la famosa serie de entrevistas que el cineasta francés hizo a su colega en 1962 y que fue publicada en un libro en 1966. Su reputación sólo ha crecido desde 1960. Los críticos y el público siguen fascinados por el entusiasmo narrativo de Psicosis y sus inquietantes cambios de tono (del misterio de asesinato a la comedia negra y al terror).









