El vegetarianismo y veganismo se han extendido también al plato de las mascotas. En los últimos años, se estima que alrededor del 1,6 % de los perros y 0,7 % de los gatos en países angloparlantes siguen dietas veganas, y un 35–44 % de los propietarios se muestran interesados en adoptar esta tendencia.
. El mercado global de alimentos veganos para mascotas alcanzó un valor de 8 700 millones de dólares en 2020 y se proyecta que llegue a 15 700 millones en 2028 , impulsado por empresas como Omni, que reportan duplicar sus ventas mes a mes
Los beneficios alegados van desde la reducción de la huella de carbono —hasta 340 kg de CO2 eq por perro al año— hasta mejoras en la salud de las mascotas. Estudios de gran escala con 2 536 perros y 1 369 gatos muestran que los veganos pueden tener menor incidencia de enfermedades: en perros, el 36 % en dietas veganas y el 49 % en omnívoras presentaron trastornos de salud; en gatos, hubo también una tendencia a menos visitas al veterinario y medicación . Además, dueños reportan mejor estado del pelaje y menor olor corporal .
Sin embargo, la comunidad veterinaria enfatiza la complejidad de estas dietas. Los perros pueden adaptarse a versiones comerciales balanceadas, pero requieren supervisión profesional para evitar deficiencias . En el caso de los gatos —carnívoros obligados—, la falta de nutrientes como taurina, vitamina D3, vitamina A, B12 y ácidos grasos esenciales puede provocar problemas cardíacos, oculares o inmunológicos; las asociaciones veterinarias como la ASPCA y BVA advierten sobre estos riesgos y desaconsejan la dieta vegana casera .
Mientras crece el interés por una alimentación más ética y sostenible, expertos coinciden en una recomendación clave: “usar alimentos veganos completos y balanceados, complementados con monitoreo veterinario regular” . En definitiva, la dieta vegana para mascotas puede responder a valores ambientales y de bienestar, pero debe anteponer siempre la salud animal, con el respaldo profesional adecuado.