Cartas de lectores: Historias de la docencia

Cartas de lectores: Historias de la docencia

17 Junio 2025

Si bien nunca fue brillante, la situación económica del educador empezó a deteriorarse irremisiblemente entre 1950 y 1970. Al principio, en consonancia con la ideología liberal predominante en el magisterio, se quiso explicar el hecho por causas de orden político relacionadas con el quebrantamiento de aquella República soñada por los grandes próceres -cuyo ejemplo y virtudes constituyen la médula de la exaltación escolar-, avasallada por concepciones de muy opuesto cuño. La continuidad del deterioro, sin embargo, no tardó en demostrar que la crisis era mucho más profunda y que reconocía causas económicas y sociales de gran magnitud. Desde el punto de vista salarial, la posición de los educadores sufrió tan sensible retroceso que un comunicado del nonato Acuerdo de Nucleamientos Docentes -antes de Ctera- señala que sus sueldos no llegan a un 50% de los salarios industriales. En el mapa gremial del país, los docentes configuraban todavía un islote. Mientras los trabajadores, en general, se encontraban desde hace muchos años agrupados en sindicatos, federaciones y confederaciones, constituidos de acuerdo con la ley de asociaciones profesionales reconocidas por el Estado, apenas se registra entre los educadores tendencias a nuclearse en organizaciones gremiales. Ello se explica, por una parte, debido a la procedencia social de sus integrantes, donde el individualismo característico del docente -por el carácter intelectual de su tarea- empieza a horadarse. Muy probablemente, en el orden local también se debió al impacto que en la mentalidad liberal de la docencia ejerció la actitud de determinados órganos de opinión que presentaron el proceso de sindicalización de los trabajadores como algo denigrante y consecuencia de alguna aventura totalitaria. Sea lo que fuere, el hecho es que por imperio de las circunstancias -agravamiento de la situación económica del educador-, los docentes se han visto constreñidos a adoptar posiciones sindicales y a unificar su acción en todo el país mediante el citado agrupamiento que fue el escalón previo a su organización nacional. Una de las causas que impulsan a este objetivo consiste en que, si bien no contaban con un sindicato único, los educadores disponían desde hace un tiempo de su “convenio” colectivo de trabajo, que no es otro que la Ley N° 14.473 (Estatuto del Docente), en la defensa de cuyas cláusulas, ante su desconocimiento por parte del estado se han movilizado.

Pedro Pablo Verasaluse

pedropabloverasaluse@gmail.com

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