Los monopatines eléctricos son un fenómeno urbano que crece aceleradamente y que en San Miguel de Tucumán, sobre todo, encierra interrogantes con respecto a su uso y los riesgos de su presencia en la circulación urbana. Así lo ha planteado nuestra producción del domingo 15, donde se da cuenta, con testimonios de usuarios, comerciantes y autoridades, de las características de esta modalidad de transporte.
Se trata de un medio caracterizado como micromovilidad, definido como no contaminante, práctico, liviano e ideal para viajes de hasta 10 km. de propulsión humana o a energía eléctrica, según lo describe un informe de 2023 de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV). Es presentado como una alternativa valiosa para la transición hacia una movilidad urbana de baja emisión de carbono, agrega la ANSV y así lo caracteriza los usuarios consultados por LA GACETA. “Rápido, cómodo, fácil de guardar; se hace chiquito; para trayectos cortos; facilita todo”, dicen, Uno agrega: “si está muy congestionada una cuadra, me puedo bajar e ir caminando por la vereda y luego seguir”.
Se empezaron a ver en las calles a partir de 2018, aunque su uso comenzó a generalizarse a partir de la pandemia. La ANSV dice que entre sus virtudes se destaca que la micromovilidad ofrece a sus usuarios una forma de desplazamiento en ámbitos urbanos más económica, saludable y ecológica respecto de los modos motorizados convencionales, que favorece la descongestión del tránsito y que puede ser aprovechado ya sea para viajes de trayectos cortos.
El crecimiento ha ido derivando en preocupación estatal y regulación mínima de su uso en países de Europa, en ciudades como Bogotá y Río de Janeiro y en nuestro medio en CABA, Mendoza, Córdoba y otras urbes, en las cuales se ha delimitado la exigencia de uso de casco, no circular a más de 25 o 30 km/h, la contratación de un seguro contra terceros y la prohibición de circular por veredas. Hay además una disposición 480/2020 de la ANSV con respecto a su uso. En San Miguel de Tucumán se aprobó una ordenanza en 2020, pero no se aplica, según el entonces edil Agustín Romano Norri. El director de Transporte, José María Mansilla, dijo que hay un vacío legal y que no hay registros de si estos vehículos participan en accidentes. Por su parte, un empresario que comercializa estos vehículos recomienda que no se los use en recorridos largos ni en avenidas, porque la infraestructura no es adecuada y hay mucho riesgo. Además, las arterias capitalinas tienen un pavimento desastroso para la circulación de vehículos chicos, ya sea monopatines o bicicletas.
Se trata de una tendencia que crece y de la que las autoridades deben ocuparse de modo integral de este asunto, a medida que se van tratando los temas de la urbe. La ANSV recomienda diseñar e implementar políticas públicas tendientes a incorporar la micromovilidad de forma segura a las tramas viales urbanas. Para ello, será indispensable avanzar en acciones como la concientización hacia la ciudadanía sobre las nuevas normativas que regulan estos tipos de vehículos, así como el avance de diseños de infraestructura que ayuden a evitar posibles conflictos entre los usuarios de la vía pública.