
En el fútbol se suele decir (últimamente), que los goles se celebran recién cuando el VAR los convalida, que el hecho de que la pelota supere la línea blanca es sólo una alegría parcial. En la F-1 ocurre algo parecido: hasta que no se corre la final, no hay motivos para apretar los puños. Pero sí hay instancias en la que se puede estar feliz. Y Franco Colapinto, al cabo de la clasificación para el Gran Premio de Canadá, lo estaba. ¡Y cómo no estarlo si largará 10° en la final!
Es muy parejo lo que se está viendo en cuanto a registros en el trazado de Canadá, que siempre resulta entretenido y aporta mucha emoción, sobre todo en la emblemática N°14, conocida como el “Muro de los Campeones”. Ubicada al final de la recta principal, ha sido escenario de numerosos accidentes y errores de pilotos famosos a lo largo de los años. En los entrenamientos y en la clasificación de esta fecha 10 eso se mantiene (y Colapinto estuvo cerca de “visitarla” varias veces).
Las pruebas sobre la mentada paridad son irrefutables: el británico George Russell (Mercedes) largará desde la pole luego de superar por 160 milésimas al neerlandés Max Verstappen (Red Bull) y por 221 al australiano Oscar Piastri (McLaren). Es decir, entre los tres las diferencias fueron menos que un suspiro. Y si nos remitimos a Colapinto, no pudo pasar a la Qualy 3 (¡sí, por primera vez con el Alpine pudo avanzar a la Q2!), se quedó afuera del “grupo de los 10” sólo por décimas, ocupando el puesto 12.
Aquí valen dos aclaraciones: 1) Avanzará un puesto en la grilla debido a que el japonés Yuki Tsunoda (Red Bull), que había ocupado el 11° lugar en la clasificación, fue penalizado con 10 lugares por no obedecer el régimen de bandera roja. 2) Y avanzará otro porque el francés Isack Hadjar (Racing Bulls) recibió una penalización de tres puestos en la parrilla (fue 9°) por obstaculizar al español Carlos Sainz (Williams) durante la clasificación.
Fue evidente ver cómo el bonaerense, sus mecánicos y el ingeniero de pista lograron mejorar la puesta a punto del A525 después de un viernes muy flojo en los entrenamientos. Él mismo lo definió así en sus declaraciones: “Hicimos muchos cambios. A lo que era el viernes... una locura. Es un auto complicado, que tiene que estar muy perfecto. Si no, no rinde. Rebota mucho y eso al piloto le saca mucha confianza. Al final hicimos una apuesta un poco arriesgada, porque era un cambio grande. Y funcionó. Mérito del equipo, que siguió trabajando. Capaz que sin ese ‘besito’ a la pared... entrábamos a la Q3”.
Lo del “besito” es directa referencia a que, en el último intento de vuelta veloz en la Q2, Franco tuvo un exceso que le hizo perder valiosas décimas: su coche pasó prácticamente rozando el muro y él supo cómo corregir el rumbo. “Perdón por eso. Podría haber sido Q3, pido disculpas”, se lamenta.
La evolución de Colapinto en las posiciones clasificatorias resulta relevante si se tiene en cuenta que su compañero de equipo, el francés Pierre Gasly, fue bastante más lento y terminó 20°, aunque por la penalización a Tsunoda partirá 19°. Es la primera vez desde que son compañeros que el N°2 del equipo supera al N°1.
Estas cuestiones coyunturales no le quitan espacio a una verdad que desde hace un tiempo invade al equipo Alpine: sus autos están muy al límite de sus posibilidades por la falta de potencia, por las complicaciones que plantea la puesta a punto, que muchas veces lleva a una gestión deficiente de los neumáticos. Es por ello que sus resultados son mediocres, y no por nada es la escudería peor ubicada en la tabla de Constructores. El equipo francés está bajo mucha presión, está muy necesitado de puntos y de un trabajo casi perfecto de sus pilotos. Y estos lo sienten. No es casualidad que Gasly, un corredor con mucha experiencia, se enfrente a problemas serios. Y tampoco lo es que Colapinto, reconocido por su velocidad y arrojo, parezca en ocasiones un recién iniciado al comando de un coche que no responde.
La final en el circuito “Gilles Villeneuve” ubicado en la isla de Notre Dame, en Montreal, está prevista desde las 15 a 70 vueltas al trazado de 4.361 kilómetros. Las chances de Colapinto de acceder a la zona de puntos son buenas, los síntomas de mejora que tuvo el Alpine en la clasificación le dan sustento a este anhelo. Él mismo lo dijo, y agregó: “estoy contento de haber rendido bajo presión, es un gran trabajo de todos”. Estas palabras, más allá del contexto temporal, pueden marcar también que un click acaba de producirse en su cabeza.