Sabrina Carpenter se preparaba para lanzar "Man’s best friend", su séptimo disco de estudio, con una campaña cuidadosamente planeada. Sin embargo, el foco se desvió por completo de lo musical y se instaló en una imagen que incomodó a muchos de sus propios seguidores.
La portada del álbum, en la que la cantante aparece de rodillas mientras un hombre sin rostro la toma del cabello, fue leída como una escena antifeminista y retrógrada. Las reacciones en redes sociales no tardaron en llegar.
La imagen que agitó el debate
El 11 de junio, Sabrina Carpenter anunció la salida de su nuevo álbum "Man’s best friend", que estará disponible en agosto. La cantante de Espresso, una de las voces jóvenes más populares del pop actual, eligió sus redes sociales para compartir la portada del disco, que desde entonces se convirtió en el centro de un intenso debate.
En la imagen se la ve en una posición sugerente: arrodillada, con tacos y vestido negro, mientras un hombre sin rostro vestido con traje le tira del cabello. A los pocos minutos, los comentarios inundaron el posteo, y la conversación se trasladó de Instagram a X, y hasta a medios tradicionales.
Uno de los primeros pronunciamientos institucionales vino desde la organización Glasgow Women’s Aid, de Escocia, que en un posteo en Facebook criticó la portada como “retrógrada y ofensiva”. Según el mensaje, la imagen no es provocadora sino una regresión a “clichés trillados que reducen a las mujeres a mascotas, accesorios y posesiones”. La organización añadió: “esta clase de situación promueve la violencia y el control. Hemos luchado demasiado contra esto”.
Este tipo de lectura fue rápidamente replicada por jóvenes feministas de distintas partes del mundo, especialmente en América Latina, donde Carpenter cuenta con un fandom activo y militante. “No es arte, es misoginia embellecida”, decía una usuaria de X con más de 50 mil likes.
¿Provocación o retroceso?
El título del álbum, "Man’s best friend" ("El mejor amigo del hombre" en castellano), y el concepto visual fueron interpretados por algunos sectores como una crítica o parodia. Sin embargo, la ambigüedad de la propuesta terminó jugando en contra de la cantante. En las fotos del anuncio también aparece un perro con un collar con el título del disco, sumando capas a la imagen que muchos consideran “fetichista” y “masculinizante”.
Para un sector de sus fans, Sabrina quiso desafiar los estereotipos de sumisión desde el sarcasmo. Pero, para una gran mayoría, el resultado fue una representación peligrosa en un contexto donde la cultura pop sigue influenciando los imaginarios de adolescentes.
El rol de la cultura pop en las luchas sociales
El caso de Sabrina Carpenter reabre un viejo debate: ¿cuál es el rol de las figuras jóvenes en la cultura pop frente a las luchas sociales? ¿Qué responsabilidad tienen sobre las imágenes que eligen difundir? Más aún cuando su audiencia principal está compuesta por chicas de entre 16 y 25 años.
En la era de los íconos virales, cualquier acción, gesto o estética tienen peso y lectura social. La Generación Z está especialmente atenta a los símbolos y no tarda en señalar cuando algo no encaja con la idea de equidad que defienden. En ese terreno, las decisiones artísticas también son políticas.
Hasta el momento, ni Carpenter ni su equipo de prensa dieron declaraciones sobre la polémica. Tampoco se modificó el arte de tapa ni se publicó una versión alternativa. En redes, la conversación sigue activa y muchos usuarios piden un comunicado de la artista.