
La recomposición de las reservas internacionales del Banco Central tiene más peso que la ratificación de la condena contra Cristina Fernández de Kirchner, en la causa Vialidad. Al menos, así lo afirman los analistas del mercado respecto del impacto en las acciones, en los bonos y en los dólares. En definitiva, en el humor de los inversores. De todas maneras, no dejan de observar cuál será el rearmado del Partido Justicialista en el nuevo mapa político que se abre con la exclusión de la líder de esa fuerza en la carrera electoral hacia el 26 de octubre. En el camino, la gestión del presidente, Javier Milei, sigue cosechando adhesiones a las medidas anunciadas por su ministro de Economía, Luis Caputo, para captar divisas sin esperar que baje el tipo de cambio, hasta el límite inferior ($ 1.000 por unidad). En este sentido, el Gobierno acordó otro préstamo REPO, por U$S 2.000 millones, con siete bancos internacionales, con el fin de fortalecer las reservas de cara a la revisión de metas que hará a fines de julio el FMI. El crédito fue pactado a un plazo de dos años y cuatro meses, a una tasa del 8,25% anual. Para que esto sea posible, el Banco Central entregó bonos en garantía. Se trata de otra señal favorable para la gestión que llega desde el mercado, ya que su impacto en las reservas es leve, ya que representa un 5,2% de las divisas brutas atesoradas por la autoridad monetaria nacional, que ayer cerraron en U$S 38.531 millones. En ese sentido, la reconstitución de reservas llega del lado del financiamiento privado. El Central sigue sin intervenir en el mercado de cambios para captar dólares.
“Creo que un escenario político más amigable podría seguir mejorando las perspectivas financieras y económicas de los agentes económicos”, dice a LA GACETA el economista Gustavo Ber respecto del impacto de la ratificación de la condena contra Fernández de Kirchner. De todas maneras, los operadores siguen de cerca la reorganización del peronismo y sus eventuales implicancias en el rumbo económico del país.
De todas maneras, todo pasa por los progresos económicos que registre la Argentina lo que podría contribuir en mayores inversiones privadas -tanto externas como locales- que repercutan en el crecimiento. “También las últimas medidas financieras y monetarios están dejando una positiva lectura a los inversores ya que permitirían acumular reservas y extender el ordenamiento monetario, ambos ingredientes importantes para prolongar el apetito por carry trade y el proceso de desinflación”, explica Ber.
Parte de los fondos captados ayer entre los bancos (U$S 500 millones) computan como reservas netas para la meta con el FMI. Esta meta aún luce lejana: las Reservas Internacionales Netas (RIN) se ubican en torno de los U$S 7.500 millones negativos, cuando el acuerdo exigía alcanzar los U$S 2.700 millones negativos al 13 de este mes, recuerda Milagros Gismondi, analista de Cohen Aliados Financieros. Esa medida, más la licitación de títulos públicos con suscripción directa en dólares, apuntan a reforzar el frente cambiario sin intervenir en el mercado spot, y muestran que la acumulación de reservas no era solo un compromiso con el FMI. “Es, más bien, una condición necesaria para sostener el régimen cambiario y monetario actual, y también para reducir el riesgo país, en un escenario donde los inversores internacionales ya venían advirtiendo con preocupación la falta de acumulación por parte del Banco Central”, expresa la economista.
Según Gismondi, la prioridad de las políticas oficiales quedó en evidencia. Con la inflación bajando, el Gobierno redirigió el foco hacia la estabilidad cambiaria mediante una batería de medidas cuyo éxito se medirá en tres frentes: acumulación de reservas, dólar controlado y tasa de interés contenida. “Una apuesta que parece descontarse de acá a las elecciones y permite dejar de lado, al menos temporalmente, la fragilidad que evidencia la cuenta corriente”, advierte la analista.
Los riesgos
Según Adcap Grupo Financiero, el mercado ve al tipo de cambio como principal riesgo macro, pero hay dos poderosos catalizadores -hoy subestimados- capaces de impulsar una suba en el precio:
• Desinflación sostenida. Se estima que la inflación de mayo se ubicaría 1,9%, con riesgos bajistas. “Si los registros mensuales se mantienen por debajo del 2% -tal como el quiebre del 4 en 2024-, se generará un punto de inflexión: mejorarán los rendimientos reales y aumentará la confianza en instrumentos en pesos”, señalan Federico Filippini y Javier Casabal, economistas de Adcap. Esta tendencia daría aire al Banco Central, anclaría expectativas y permitiría bajar tasas sin presionar el tipo de cambio.
• Elecciones y realineamiento político. Las elecciones provinciales -sobre todo Buenos Aires- avanza con viento a favor de La Libertad Avanza (LLA). Una fórmula LLA + PRO podría arrebatar al peronismo su bastión histórico, sostiene el diagnóstico privado. Una encuesta de Giacobbe & Asociados muestra 39% para LLA, 33% Unión por la Patria, 6% PRO y 4% peronismo federal; el bloque LLA-PRO suma 45%. “Esto elevaría la probabilidad de reelección de Milei y reforzaría la estabilidad macro”, acota el reporte.
En conjunto -inflación a la baja + panorama político constructivo- se podría gatillar un círculo virtuoso: menores tasas reales requeridas, mayor confianza en los activos domésticos y un mercado de divisas relativamente estable, finaliza Adcap.
¿Cómo cerró el dólar?: los ruidos en el mercado de cambios
La city porteña observó ayer con atención si el fallo de la Corte que ratifica la condena a la ex presidenta Cristina Kirchner provocará tensiones sociales. En este marco, el tipo de cambio oficial mayorista cedió $ 6,50, hasta los $1.182 para la venta. Los contratos del dólar futuro operaron con unanimidad de bajas. El mercado proyecta un incremento mensual del 1,8% en la cotización desde junio, en línea con la inflación. El dólar blue, en tanto, cedió $10, y operó a $1.190 para la venta. En cuanto a los tipos de cambios bursátiles, el MEP subió a $ 1.191,12, mientras que el CCL, hasta los $ 1.191,72. El minorista, a su vez, concluyó en $ 1.200,23.