La Selección argentina sigue sumando certezas rumbo al Mundial de 2026. Ya clasificada y consolidada como la líder indiscutida de las Eliminatorias sudamericanas, la Albiceleste que dirige Lionel Scaloni encontró en el empate 1-1 ante Colombia, disputado el martes en Buenos Aires, una nueva razón para ilusionarse: Thiago Almada, con una actuación estelar, dejó en claro que está listo para asumir más protagonismo.
El joven creativo, que puede desempeñarse con soltura en todo el frente ofensivo, fue clave cuando el equipo se quedó con 10 jugadores tras la expulsión de Enzo Fernández. Fue entonces cuando Almada firmó el tanto del empate con una acción que recordó a las mejores versiones de Lionel Messi: enganchando desde la izquierda hacia el centro y definiendo con precisión.
Con apenas 24 años, el talentoso mediocampista viene de completar una temporada brillante en el Botafogo de Río de Janeiro, donde fue figura en la histórica conquista de la Copa Libertadores y el Brasileirao. Ese rendimiento le abrió las puertas del fútbol europeo: en enero, fue transferido al Olympique de Lyon, propiedad de los mismos inversores del club brasileño, y allí continuó demostrando su evolución.
Oriundo de Ciudadela, en el oeste del Gran Buenos Aires, Almada dio sus primeros pasos en Vélez, donde debutó con solo 17 años y acumuló 24 goles y 10 asistencias en 101 partidos. Su proyección llamó la atención en el extranjero y, en 2022, Atlanta United de la MLS desembolsó 16 millones de dólares para incorporarlo, cifra récord en la liga estadounidense. En esa etapa, brilló con 26 goles y 24 asistencias en 83 encuentros.
El empresario John Textor, dueño del Botafogo y también accionista del Lyon, invirtió 23 millones en julio de 2024 para llevarlo al equipo carioca. Esa decisión resultó acertada: “Me marcó mucho el ritmo en Brasil, donde jugábamos cada tres días. Es un fútbol muy diferente y me sirvió para acomodarme rápido a Europa”, relató el propio Almada en diálogo con TyC Sports.
En el plano internacional, su camino con la selección mayor comenzó en septiembre de 2022, de la mano de Scaloni. Llegó al Mundial de Catar como reemplazo del lesionado Joaquín Correa, y aunque solo disputó unos minutos ante Polonia, fue parte del grupo que se coronó campeón del mundo.
Pero su verdadero salto en la "Albiceleste" comenzó en marzo de este año, cuando aprovechó la baja de Messi y se lució marcando el gol del triunfo ante Uruguay en el estadio Centenario, siendo además la figura del clásico del Río de la Plata. Desde entonces, se ganó un lugar en el 11 titular y disputó los últimos cuatro partidos de la clasificatoria.
“Es un jugador completo, que se mueve bien en espacios reducidos y trabaja mucho. Ha llegado para quedarse”, valoró Scaloni, que suele destacar lo difícil que es desplazar a los campeones del mundo, aunque reconoce la importancia de sumar talentos nuevos al equipo. Tras el empate frente a Colombia, el entrenador fue aún más elogioso: “Asume responsabilidades, quiere intentar, y eso es lo mejor que puede tener un futbolista: no tener miedo a pedir la pelota. Está siendo una aparición muy buena y nos deja tranquilos”.
Con la vista puesta en Estados Unidos, Canadá y México 2026, Almada parece haber encontrado su momento. “Llegué con mucho ritmo y pude aprovechar la oportunidad que me dio el cuerpo técnico. Lo di todo para ganarme un lugar”, expresó.
Y mientras sueña con volver a jugar una Copa del Mundo, esta vez con un papel protagónico, mantiene los pies en la tierra: “Jugar un Mundial es el sueño de todos, pero hay que seguir trabajando día a día para ganarse ese lugar. Falta bastante, pero espero seguir por este camino para estar en esa lista”.