02 Junio 2025
ENFOCADO. Martos divide su tiempo entre la planificación de los entrenamientos y la búsqueda de refuerzos. Foto CASM.
En el complejo Natalio Mirkin reina un silencio inusual. No hay gritos, ni pelotas que zumban en el aire, ni órdenes que rompen la quietud. El plantel de San Martín disfruta de una licencia merecida, tratando de borrar las secuelas de la dura caída contra San Miguel, una derrota que caló hondo no sólo en el ánimo del grupo sino en la tabla de posiciones de la zona A. Pero mientras los jugadores reponen fuerzas, ni el cuerpo técnico ni los dirigentes duermen.
En las oficinas y en los pasillos en los que las paredes transpiran fútbol, Ariel Martos y la Comisión Directiva se mueven con sigilo y urgencia. En La Ciudadela ya trabajan en silencio pero con intensidad, de cara a la parte más decisiva del año.
La Primera Nacional no perdona distracciones. La recta final se acerca y cada detalle cuenta. Cada refuerzo, cada sesión táctica, cada decisión dirigencial puede marcar la diferencia entre la gloria y la frustración. Por eso, mientras los futbolistas descansan, el cuerpo técnico y los dirigentes se sumergen en un sprint invisible, una carrera contrarreloj para cerrar incorporaciones que potencien al equipo en el momento justo.
“Queremos sumar un centrodelantero, un volante creativo y un extremo. La idea es cerrar todo lo antes posible, por eso estamos trabajando sin pausa”, le confió a LA GACETA un allegado a la CD. Las charlas avanzan, los teléfonos no dejan de sonar y las reuniones se multiplican. No hay margen para errar. San Martín sabe que la reconstrucción no admite demoras.
La derrota contra el “Trueno Verde”, que implicó la pérdida del invicto de La Ciudadela, dolió. No sólo por el resultado, sino también por la imagen que dejó el equipo. Se notó la falta de frescura, de chispa, de desequilibrio. Por eso, la búsqueda en el mercado no es caprichosa: se trata de encontrar piezas que enciendan al equipo, que lo hagan más punzante, más letal. Jugadores que lleguen no sólo con técnica y jerarquía, sino con hambre de gloria y experiencia para capear posibles temporales. También hambre de revancha, de protagonismo y de ascenso.
Y mientras se negocia en los despachos, en el campo también se empieza a diseñar el regreso. Mañana por la mañana el plantel volverá a entrenarse y lo hará con el pie en el acelerador porque Martos no quiere perder ni un minuto. Hasta el sábado el grupo trabajará en doble turno, con especial énfasis en aceitar movimientos tácticos.
El DT apuesta por un fútbol intenso, con presión alta y circulación rápida. Sabe que el tiempo es escaso y que el calendario aprieta, pero también confía en que, con trabajo duro, se puede transformar el bajón en impulso.
Además, el miércoles marcará un punto de inflexión institucional. Pablo Hernández asumirá oficialmente como nuevo manager del club. El ex volante, confeso hincha del “Santo”, venía dialogando con los dirigentes desde hace algunas semanas. Con la sintonía afinada con Martos y el resto de la CD, decidió dar el paso adelante. El desafío es enorme, pero Hernández no es de esquivar retos. Conoce el fútbol, respira San Martín y su llegada promete fortalecer el puente entre la cancha y las oficinas.
San Martín sumó un nuevo preparador físico
La otra novedad pasa por el cuerpo técnico. Tras la partida de Franco Narese —quien emigró al fútbol peruano en busca de nuevos horizontes—, Martos eligió a Omar Soraire como nuevo preparador físico.
Soraire es un viejo conocido dentro del ambiente, un profesional de perfil bajo pero de métodos modernos, que llega con el objetivo de mantener al plantel en plenitud en este tramo exigente de la temporada.
Así, mientras los hinchas digieren la bronca por lo ocurrido en la última fecha, puertas adentro del club el foco está en lo que se viene. San Martín entiende que el campeonato entra en zona de definiciones y que no hay espacio para titubeos. Hay que corregir rápido, sumar con regularidad y recuperar la mística que supo encender a La Ciudadela.
El reloj avanza. En Bolívar y Pellegrini se escuchan menos cantos y más teclados. Menos pelotas rodando y más voces negociando. Pero no hay duda: el “Santo” ya está en movimiento. Porque aunque afuera parezca que todo está en pausa, adentro se cocina el futuro. Y en ese futuro, San Martín quiere volver a ser protagonista. Porque hay derrotas que enseñan y silencios que preparan. Y esta batalla recién empieza.
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