31 Mayo 2025
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Jorge Liotti
La Nación
Los medios de negocio del periodismo cambiaron aceleradamente en los medios por el tsunami tecnológico que impacta en el modo de recibir, producir y monetizar contenidos. Pero eso no implica una transformación equivalente del oficio periodístico. Su tarea y su función social, en esencia, siguen siendo las mismas. En esto hay una gran diferencia con la mayor parte de los contenidos que circulan en las redes. El anonimato, la ausencia de consulta y equilibrio de fuentes, de búsqueda de la mayor imparcialidad posible. Todo esto es parte del ejercicio periodístico, independientemente de la plataforma en la que se manifieste.
Esto debe tenerse en cuenta al analizar la “utopía” política de desintermediación, de horizontalidad barrosa en la que vale lo mismo un contenido chequeado y elaborado que cualquier opinión parcial y personal. En el nuevo ecosistema el periodismo tiene un papel que se adapta a las plataformas pero el oficio esencialmente sigue siendo el original.
Líderes como Trump, Orban o Milei hacen un cuestionamiento nítido que incluye a los medios y prende en sectores desencantados con cualquier formato de representación política. Esas impugnaciones tienen cierta sintonía con lo que un porcentaje de la población piensa. El periodismo no tiene como tarea enfrentar al poder político con herramientas propias de la polarización. Sí debe reconectarse con la sociedad, generando valor en sus contenidos con equilibrio y profesionalismo. Entre la inmediatez de las redes y las amenazas de la Inteligencia Artificial, los periodistas deben redescubrir el valor que pueden agregar. Investigación, análisis, contextualización, propuestas narrativas novedosas. Generar ese valor y reconexión es el mejor antídoto contra cualquier intento de licuación del poder político.
*Fragmento de la intervención del jefe de Política de “La Nación” en el Congreso de Claep.
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