
LA GACETA / DIEGO ARAOZ

Como el primer paso en una larga escalera, la clasificación de la Reserva de Atlético a los octavos de final del torneo Proyección es más que una línea en las estadísticas. Es el símbolo de un proceso, de una idea de fútbol juvenil que empieza a florecer con resultados. Por primera vez desde la creación de este formato de campeonato, el “Decano” se metió entre los 16 mejores equipos del país, en un certamen que sirve como vitrina y de laboratorio de cara al futuro.
Y si bien el boleto se selló con suspenso, por la derrota y la combinación de resultados ajenos, la historia se encargará de recordar el desenlace. Atlético perdió contra Lanús, luego de estar 2 a 0 arriba antes de los 10 minutos de un partido vibrante, pero terminó celebrando el boleto a la siguiente instancia. “Ellos estuvieron muy enfocados y contundentes. En las primeras tres situaciones marcaron dos goles. Esto es fútbol; tuvimos que sufrir hasta el último para saber si los otros resultado nos clasificaba”, apuntó Rodrigo Granillo, uno de los delanteros del equipo que dirige Hugo Colace.
No fue la mejor actuación del “Decano”, aunque mostró sus credenciales: juego por abajo, velocidad por las bandas y un corazón que no se negocia. “Nuestro objetivo era ganar y clasificar de la mejor manera. Tuvimos muchas situaciones de gol, pero no las pudimos concretar. Vamos a tener que mejorar esa parte para no estar sufriendo como lo hicimos en esta ocasión”, agregó Granillo.
La clasificación llegó con el corazón en la boca y la calculadora en la mano, pero no por casualidad. Atlético construyó su lugar entre los mejores a lo largo de toda la fase regular, con una identidad clara y una camada de jugadores que siente la camiseta como una segunda piel. “Es algo muy lindo estar en estas instancias con Atlético, más allá del amor que le tenemos al club. Ahora tenemos que seguir trabajando para que no vuelva a pasar lo que pasó. Hay que aceitar el volumen de juego y seguir corrigiendo errores. Vamos a dar todo para seguir avanzando”, remató el delantero.
Ezequiel Godoy, otro de los protagonistas, aportó su mirada con madurez y compromiso. “La clasificación era el objetivo que nos habíamos planteado a principio de año. Ahora vamos por el segundo: salir campeón”, dejó en claro el volante, antes de dejar el análisis de partido. “Arrancamos muy bien con dos goles rápidos, pero después no supimos manejar los momentos. Lanús nos fue llevando de a poco”.
El plantel celebró con un asado, símbolo clásico del fútbol argentino. Ahí no solo se brindó por la clasificación, sino también por la unión del grupo. “Nos llevamos bien entre todos, tiramos para el mismo lado y tenemos claro cuáles son los objetivos”, aseguró Godoy. “Todos los chicos queremos aprender siempre y esa es la base del grupo”, agregó.
El sueño está en marcha. Vendrá el parate (el duelo por octavos recién se jugaría el miércoles 11), los entrenamientos intensos y después el primer desafío fuera de casa (Atlético definiría todas las instancias de visitante por su ubicación en la tabla de posiciones). Claro, eso no le importa a nadie en 25 de Mayo y Chile. Por lo menos así lo piensa Granillo. “¿Qué tiene este Atlético para soñar? Corazón, garra y mucho juego”, sentenció.
La historia se empezó a escribirse hace un tiempo. Ahora, la Reserva “decana” va por todo: quiere seguir llenando las páginas con buenos títulos.







