Cómo analiza la Nación la seguridad en Tucumán

Cómo analiza la Nación la seguridad en Tucumán

En la lucha contra el delito las estadísticas lo son todo. No sólo porque son utilizadas para definir políticas, sino también porque ubican a una jurisdicción en el mapa de una realidad que muchas veces suele ser dolorosa y preocupante. Por esa razón, la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, volvió a ponderar la baja de homicidios registrados en el país durante 2024. La funcionaria señaló que con esos índices la Argentina tiene la tasa más baja de este delito en todo el continente. Señaló que esa disminución se debió a la disminución de crímenes registrados en Santa Fe (220), Tucumán (14), Ciudad Autónoma de Buenos Aires (13) y provincia de Buenos Aires (9).

Anualmente, la Nación publica el “Informe del Sistema Nacional de Información Criminal” en el que se difunden los registros de todos los delitos que se cometieron durante el año anterior. Se elabora con los datos aportados por cada provincia, que deben superar un estricto control. Para que las cifras tengan un equilibrio en todas las jurisdicciones, se elabora una tasa dividiendo el número de hechos por cada 100.000 habitantes.

El resumen correspondiente a 2024 mostró que Tucumán registró una disminución en los índices delictivos que más interesan a los miembros de la sociedad. Su tasa de homicidios dolosos es de 3,8; la más baja en los últimos nueve años. Con ese índice, dejó de estar entre las 10 provincias con mayor cantidad de crímenes. Santa Fe (4,9) es la más violenta del país. Le siguen Chaco y Salta (4,6) y Buenos Aires (4,5).

Durante la presentación del informe, Bullrich anticipó que en el primer trimestre de 2025 las muertes violentas habían bajado casi un 10%, respecto de 2024. En estas tierras, la disminución fue de poco más de un 40%. Aquí surge un dato relevante. Los resultados conseguidos en Tucumán son más llamativos porque, de las jurisdicciones donde se registraron las disminuciones más importantes, fue la única que no contó con la colaboración de las fuerzas federales de manera permanente.

Los métodos aplicados para conseguir estos números siguen despertando polémicas y cuestionamientos por parte de los organismos de derechos humanos. Los vecinos no sólo los aplauden, sino que piden que sean más frecuentes. El debate se extenderá por mucho tiempo y más aun si se concreta el anuncio de fortificar esta manera de hacer prevención del delito.

Las cifras discutibles

Los guarismos de los delitos contra la propiedad -los más cuestionados por las cifras en negro- también dejaron bien posicionada a la provincia, ya que en 2024 descendieron, en promedio, un 20%, en comparación con 2023. En todo el año pasado se denunciaron 10.141 hurtos y 17.051 robos, lo que da un total de 27.192 hechos de inseguridad. El promedio es de 74 por día, y tres por hora.

Según el informe, Tucumán tiene la tasa de hurtos más baja del NOA. El ranking lo lidera Salta (1.422,2) y por detrás vienen Catamarca (1.164,2), Santiago (1.088,8) y Jujuy (1.038,8). En materia de robos, Tucumán quedó en el tercer puesto en la región con una tasa del 962,8. Está por detrás de Salta (1.283,5), Santiago (1.198,5) y por delante de Catamarca (Catamarca 849,5) y Jujuy (674,5).

Por las bajas en los índices, Bullrich decidió incorporar a la provincia en el plan conocido como “90/10”, es decir, que el 90% de los delitos se comete en un 10% del territorio. Consiste nada más que ordenar a las fuerzas federales Gendarmería Nacional, Policía Federal y Policía de Seguridad Aeroportuaria que realicen tareas de prevención del delito. Algún movimiento hubo en la provincia, pero de esta iniciativa surgen dos preguntas: ¿tiene sentido aplicarla si en Tucumán están bajando los índices? ¿No sería conveniente utilizar esos recursos para otras tareas, como por ejemplo poner énfasis en la lucha contra el narcotráfico?

¿Un reconocimiento?

Gendarmería Nacional también utiliza las redes sociales para informar los procedimientos más importantes que realizan semanalmente. Pero de allí surge un dato relevante, desconocido por muchos porque, paradójicamente, no fue informado en las últimas semanas.

“Estas son las últimas noticias de Gendarmería Nacional”, se escucha decir a una locutora en el principio de un video. Luego de un silencio, la voz de un hombre agrega: “Frontera Noroeste Argentino”. De fondo aparece un mapa de Argentina en el que están perfectamente coloreadas Salta, Jujuy y Tucumán. Es decir, nuestra provincia ya está considerada, al menos por esta fuerza, como zona de frontera, a pesar de que el límite con Bolivia está a más de 500 kilómetros de la plaza Independencia.

Narcotraficantes, tratantes de personas y contrabandistas estarían avanzando hacia el sur y, dentro de ese complejo escenario, Tucumán pasó a ser un punto clave en esa extensión de dominio del crimen organizado. No pasa lo mismo con Santiago del Estero y, fundamentalmente, con Catamarca, que limita con Chile. El incremento de casos de jóvenes rescatadas de redes de prostitución; récords de secuestro de mercadería, hojas de coca (un negocio millonario que crece por los grises legales), de cocaína y de marihuana son una prueba contundente de los cambios en las rutas del NOA.

En su última visita a provincia, Bullrich inauguró en Capitán Cáceres un centro de formación de gendarmes que pasarán a integrar las filas de los escuadrones de Tucumán y de Aguilares. Esos dos cuerpos, que no superan los 130 efectivos en servicio, tendrán la responsabilidad de ser una especie de segunda barrera de contención de esa estampida que generaron los operativos Güemes y Roca, que se lanzaron en las ciudades fronterizas con Bolivia. Tendrían que recibir una capacitación especial, puesto que los efectivos de esta fuerza destinados en nuestra provincia no fueron entrenados para cumplir con esta misión. Llevar adelante esta tarea no sólo requiere de experiencia, sino además recursos tecnológicos y una buena base de inteligencia criminal.

La Provincia, como viene haciendo desde hace meses, avanza en silencio. Está confirmado que se fortalecerá al Operativo Lapacho. La Dirección General de Drogas Peligrosas tendrá más hombres que le permitirían dedicarse a la lucha contra el transporte de grandes cantidades de estupefacientes y no sólo del narcomenudeo. El escenario está planteado, ahora sólo queda ver cómo se mueven los actores.

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