Rompe moldes y dirige a Central Córdoba en la Superliga Provincial: quién es Laura Falchi, la DT pionera

Rompe moldes y dirige a Central Córdoba en la Superliga Provincial: quién es Laura Falchi, la DT pionera

A los 38 años se convirtió en la primera mujer en dirigir un equipo masculino de Primera en Tucumán. Su historia comenzó en una canchita de barrio y hoy inspira a nuevas generaciones de jugadoras y entrenadoras.

FELICIDAD. Laura disfruta su trabajo y luce con orgullo ser la primera entrenadora en Tucumán. LA GACETA / Osvaldo Ripoll

Laura Falchi dirige al equipo masculino de Central Córdoba en la Superliga Provincial. Es la primera mujer en hacerlo en Tucumán. Su historia empezó en una canchita de barrio y hoy inspira a jugadoras y entrenadoras de todo el país.

El básquet tiene su propio lenguaje: el sonido de la pelota al picar, las zapatillas “chillando” en el parquet, la voz del entrenador que ordena y corrige… pivot, base, alero, escolta. Pero esta vez se deja de lado las jugadas y la táctica para conocer una historia que late más allá de las estadísticas.

En el club Central Córdoba, esa voz que se escucha desde el banco es la de Laura. Y no es cualquier voz: es la primera mujer en dirigir un equipo masculino de Primera División en el torneo más importante de la provincia: la Superliga organizada por la Federación Tucumana de Básquetbol.

“Ser la primera es algo maravilloso; un gran desafío para mí en lo personal”, dice. Y lo dice con la naturalidad de quien ya se acostumbró a abrir caminos.

Tiene 38 años y muchas etiquetas que la definen: es madre, es esposa, es hija, es hermana... Pero por encima de todas, una sola la atraviesa por completo: es entrenadora.

“En el básquet estoy desde hace muchos años. Primero empecé como jugadora, cuando tenía siete. Mi hermano jugaba y eso me llevó a querer ver qué era este deporte. En el barrio Islas Malvinas, en Yerba Buena, donde vivía, había una cancha de básquet: la famosa canchita de "Don Legui". Él fue mi primer entrenador, un hombre humilde y generoso”, recuerda.

"Don Legui" había construido una cancha al lado de su casa para que niños y niñas del barrio pudieran jugar. “Cada sábado nos invitaba a entrenar. Ahí comenzó esta historia de amor por el básquet”, cuenta.

EN FUNCIONES. Falchi da indicaciones durante una práctica de LA GACETA / Osvaldo Ripoll

De jugadora a formadora

A medida que pasaron los años, Falchi dejó huellas como jugadora en clubes como Talleres de Tafí Viejo, Central Córdoba, Alberdi y Juventud Unida. Y cuando llegó el momento de pasar del otro lado, la decisión no fue improvisada. “Tuvo mucho que ver con los profesores que me rodeaban. En el colegio tenía a la profesora ‘Porota’ Martínez, que fue una gran guía en todo sentido. Y en Talleres conocí al profesor José Figueroa, ‘Pichi’. Él me invitó a sumarme a sus entrenamientos y a ayudarlo con los más pequeños. Me enamoré de enseñar”, afirma.

Actualmente, Falchi no sólo está al frente del plantel superior masculino de Central Córdoba; también coordina el básquet formativo del club y es referente en la Selección Tucumana de Básquet Femenino. Entrena al equipo de Primera los lunes, miércoles y viernes, de 19 a 20, en la cancha del club, en donde cada práctica es también un espacio de formación y compromiso.

¿Y cómo fue recibida por el grupo masculino? “Al principio, algunos se sorprendieron. Pero enseguida entendieron que esto es básquet. El respeto se gana en la cancha, con trabajo y conocimiento. Hoy entrenamos con seriedad y objetivos claros. Me gusta el orden, el esfuerzo y la comunicación directa”, resume.

La entrenadora y su tiempo

En los últimos años representó a la provincia en el Plan de Desarrollo Federal (PDF), una capacitación dictada por entrenadores del staff técnico de la Selección Argentina. “Hace dos años fui al PDF en Santiago del Estero, y este año logramos que llegue por primera vez a Tucumán. Trabajamos en conjunto desde el nuevo Departamento de Básquet Femenino. Conozco muchas colegas que están haciendo un gran trabajo”, señala.

Nombres como Guadalupe Lizárraga, Florencia Mercado, Eliana Pérez, Pía Zamorano y Male Toledo también empujan desde distintos espacios para que el básquet femenino en Tucumán siga creciendo. Y cada vez son más las mujeres que se animan a conducir equipos, incluso masculinos. Ese es el caso de Laura Cors (la primera en dirigir en la Liga Nacional) o Rocío Pérez, que integra el equipo técnico de las selecciones argentinas.

El camino lo abrió Dora Rhodius en 1958, al dirigir la Selección Argentina. Desde entonces, cada 19 de abril se celebra el Día de la Entrenadora en su honor.

Sin embargo, la presencia femenina en el alto rendimiento aún es la excepción. Por eso, Falchi insiste: “Quiero impulsar a muchas mujeres a animarse. Decirles que el límite sólo está en nuestra mente. Que los sueños, claro que se cumplen”.

En ese camino, también destaca la confianza que recibió. “La propuesta de ser entrenadora de un equipo masculino fue del presidente del club, el doctor Rubén Urueña. Él fue quien me impulsó en este último tiempo a tomar esta decisión”, reconoce.

La casa, la cancha y la familia

Hoy, su presente combina formación, competencia y familia. En su casa comparte la vida (y la cancha) con Hugo Angelicola, su esposo y también entrenador de básquet en la Liga Federal. “En mi casa hablamos mucho de básquet. Él es mi mayor admiración como entrenador y sobre todo como persona. Es mi ejemplo a seguir”, dice. Juntos crían a Francesca y esperan una nueva hija.

Y sobre el presente y el futuro del básquet tucumano, no duda: “Creció mucho. Hay más espacios, más competencia, más preparación. Veo con esperanza lo que viene, sobre todo si seguimos apostando a la formación y al desarrollo. Hay muchísimo talento”.

Ese crecimiento se nota en las canchas y en los nombres: hoy hay jugadores de Tafí Viejo compitiendo en la Liga Nacional (como Leandro Vildoza, los hermanos Gramajo y los Orresta; y desde la capital, Sebastián Castillo forma parte de la Selección Argentina).

Este desarrollo, tanto en varones como en mujeres, es reflejo del trabajo silencioso y sostenido de clubes, entrenadores y federaciones que apuestan a profesionalizar el deporte.

Laura se detiene un segundo; mira hacia atrás, a la cancha del barrio, a las decisiones que marcaron su vida, a las personas que la guiaron y respira. “Antes de terminar quiero decir algo… Mi éxito tiene el nombre de mamá y papá. Por ellos hoy estoy aquí”, remata con una sonrisa, mezcla de nostalgia y alegría.

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