
Los salarios perdieron poder adquisitivo durante marzo; aumentaron un 2,97% frente a una inflación que, a nivel general, se ubicó ese mes en el 3,7%, de acuerdo con los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). El organismo federal volverá hoy a estar en el ojo del mercado, ya que prevé difundir el comportamiento en abril del Índice de Precios al Consumidor (IPC). El presidente Javier Milei viene señalando que la inflación se desacelera y que, probablemente, se ubique en torno del 3%. El Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM), elaborado por el Banco Central, ha previsto una variación del 3,2% para el cuarto mes del año.
Por su parte, el Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) calculó un IPC del 2,3%, una baja de 0,8 puntos porcentuales respecto de marzo. Bebidas alcohólicas y tabaco lideraron las subas (4,1%). En los deciles 1 a 3, correspondientes al 30% más pobre, la suba fue del 2,4%, mientras que en el decil 10, que agrupa al 10% más rico, fue del 2,05%, según ese relevamiento. Los hogares con jefe desocupado fueron los más afectados, con una inflación del 2,48%, seguidos por aquellos con jefes asalariados no registrados (2,47%). “La desinflación tiene como condición básica que los salarios sean el ancla nominal y sacrifiquen toda chance de recuperación real en el altar de una estabilidad, que termina pareciéndose mucho a la paz de los cementerios”, destacó el director ejecutivo del Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD) y ex ministro de Educación, Nicolás Trotta.
Ancla cambiaria
Por su parte, el coordinador del IET, Fabián Amico, resaltó que “el nuevo esquema del gobierno, tras el mega préstamo del FMI, permitió estabilizar el tipo de cambio y llevó al cuasi colapso de la brecha cambiaria, induciendo una nueva baja de la inflación, en particular de alimentos, sumado a una pausa en el ajuste de los precios regulados (tarifas). “El ancla cambiaria tiene como condición que el BCRA no acumule reservas, ya que, si la autoridad monetaria compara divisas a efectos de cumplir las metas pactadas con el FMI, la demanda resultante llevaría el tipo de cambio por encima de la mitad de la banda y podría inducir mayores expectativas de devaluación y poner en riesgo el incentivo al carry trade. De modo que el gobierno aspira a mantener bajo el tipo de cambio, no cumular reservas y pagar los próximos vencimientos de deuda con más deuda”, puntualizó.
La inflación de abril volvió a castigar con mayor dureza a los sectores más vulnerables. Los especialistas del IET identificaron que “los hogares con jefe desocupado fueron los más afectados, con una inflación del 2,48%, seguidos por aquellos con jefes asalariados no registrados (2,47%)”. Esto se explica por el mayor peso del consumo de tabaco y bebidas alcohólicas en sus canastas. “Los asalariados registrados (2,31%) y los no asalariados (2,19%) registraron menores aumentos. Asimismo, los hogares con jefe inquilino (2,45%) sufrieron más inflación que los de jefe propietario (2,24%), debido a un alza en alquileres superior al promedio general”, destacaron. Por su parte, también refirieron que “los hogares con jefe jubilado mostraron una inflación menor al promedio (2,19%), ya que rubros como medicamentos, electricidad y gas aumentaron menos que el resto”.
Las proyecciones del Banco Central: hacia la desinflación
El Banco Central (BCRA) indicó que el proceso de desinflación se afianzó en los primeros días de mayo y afirmó que el impacto en los precios de la salida del cepo cambiario fue muy bajo. “Se presume que más allá de cualquier aumento de corto plazo los fundamentos macro siguen operando para desinflar la nominalidad de la economía”, señaló el vicepresidente del BCRA, Vladimir Werning. El funcionario subrayó que los “los datos corroboran un bajo ‘pass trought’ (traslado a precios)” y ejemplificó: “vimos los datos de CABA para inflación minorista y lejos de acelerar, del 3,7% se desaceleró al 2,5%”. “Esa tendencia desestima los temores iniciales de economistas que esperaban una interrupción en la trayectoria de desinflación”, señaló Werning al hablar en el 42° Congreso del IAEF. El vicepresidente del BCRA recalcó que “estamos viviendo una transición sin sobresaltos” y señaló que “los impactos inmediatos en los diferentes mercados dan cuenta de resultados alentadores”. “Hasta el momento el tipo de cambio, lejos de convalidar expectativa pesimistas está operando dentro de la banda, con sesgo hacia la banda inferior. Las tasas de interés que habían subido antes del cambio de régimen, en general se han normalizado”, añadió.