LONDRES, Reino Unido.- Cuando asumió como presidente de Estados Unidos el 20 de enero, Donald Trump prometió que su país sería “la envidia” de todas las naciones. “Estados Unidos recuperará el lugar que le corresponde como la nación más grande, poderosa y respetada de la Tierra, inspirando el asombro y la admiración del mundo entero”, anunció Trump con grandilocuencia. Sin embargo, más de 100 días después, tal vez las cosas marchan en un sentido distinto, sostiene el columnista Gerardo Lissardy, corresponsal de BBC Mundo en Nueva York. Asoma en distintos países un ánimo contrario a Trump y su gobierno, por sus acciones -desde buscar guerras comerciales hasta el arresto de inmigrantes-, su pelea con viejos aliados o sus amenazas de tomar territorios de otros países, señala Lissardy. Algunos señales de esa animadversión son la falta de apoyo electoral a los candidatos que Trump impulsa en otros países, la caída del turismo y la pérdida de prestigio.
Reveses en las urnas
Las elecciones en Canadá y en Australia mostraron un elemento común: el voto contrario al candidato que defendía Trump.
Hasta que el presidente estadounidense inició su segundo mandato, los líderes conservadores parecían encaminados a un triunfo seguro. Todo cambió en pocas semanas y tanto el canadiense Pierre Poilievre como el australiano Peter Dutton fueron derrotados de forma estrepitosa en los comicios del 28 de abril y 3 de mayo. Los vencedores resultaron ser partidos de centroizquierda en el poder, encabezados por el primer ministro canadiense Mark Carney y el australiano Anthony Albanese.
Esto no sucede en todo el mundo. En Ecuador, por ejemplo, fue reelecto el presidente Daniel Noboa, cercano a Trump. “Pero la forma en que el factor Trump incidió en dos aliados, como Canadá y Australia, podría marcar un precedente para otros países”, escribe Lissardy.
Prestigio en retroceso
La reputación de Estados Unidos como potencia global era hasta hace poco inobjetable, pero hay indicios de que bajo el gobierno de Trump, su imagen internacional empieza a opacarse.
Una encuesta de la empresa Ipsos en 29 países alrededor del mundo reveló que en 26 de ellos ha caído la proporción de gente que cree que Estados Unidos tendrá una “influencia positiva” en los asuntos mundiales. Quienes opinan de esa forma a lo largo de todos los países encuestados sumaron 46% promedio en abril, un declive respecto al 59% que el mismo sondeo en octubre.
“La encuesta refleja una percepción negativa de Trump alrededor del mundo”, dice Clifford Young, presidente de encuestas y tendencias sociales de Ipsos.
El mayor desplome se registró en Canadá (-33%), seguido por Países Bajos (-30%) y otras naciones europeas. El estudio incluyó a seis países de América Latina donde cayó la reputación de Estados Unidos, aunque de en diferentes grados: en México cayó 21 puntos (hasta a 46%) y en Argentina apenas tres.
Aún así, en Brasil, Colombia, Chile y Perú, así como en Argentina, el 50% de los encuestados aún cree en una influencia positiva de Estados Unidos.
La encuestadora arrojó otro dato llamativo: por primera vez desde que comenzó a realizar esta medición hace 10 años, China es considerada una influencia más positiva que Estados Unidos a nivel internacional.
Mejor a otros destinos
La cantidad de viajeros de varios países a Estados Unidos también parece disminuir con Trump en la Casa Blanca, con grandes pérdidas para la economía. El declive en los ingresos de turistas extranjeros en marzo ha sido atribuido a que este año hubo una Pascua tardía en abril, y las proyecciones para el resto de 2025 son sombrías.
Tourism Economics, una firma de análisis vinculada a la consultora Oxford Economics, había previsto en diciembre que las visitas internacionales a Estados Unidos crecerían 8,8% este año. Pero en abril actualizó el cálculo y pronosticó un descenso del 9,4% para 2025.
“Las políticas y declaraciones de Trump han producido un cambio de sentimiento negativo hacia Estados Unidos entre los viajeros internacionales”, indicó y lo atribuyó a factores como las políticas fronterizas y de inmigración, las variaciones en los tipos de cambio o la incertidumbre reinante.