Alejandra Hintze: la médica que hizo de la montaña su consultorio

“Medicina de alta montaña”: esa es la especialidad que define a Alejandra Hintze, una médica deportóloga cuya experiencia va mucho más allá de los primeros auxilios en alturas extremas. Su conocimiento abarca desde las patologías específicas de la montaña hasta el manejo de dolencias comunes que se complican a miles de metros sobre el nivel del mar. “Patologías propias de la montaña y también aquellas comunes, como una sinusitis o cólico renal”, explica Hintze, quien ha descubierto cómo su vocación de servicio se entrelaza con su pasión por el deporte.

Para Hintze, la creciente popularidad del montañismo, especialmente en regiones como Tucumán, se convirtió en un escenario único para comprender las adaptaciones y los límites del cuerpo humano. La conexión entre su fascinación por el montañismo y su experiencia médica la llevó a ver la alta montaña no sólo como un desafío físico, sino como un verdadero laboratorio natural.

“Tuve una vida relacionada con el montañismo. Siempre quise ir a la montaña en cuanto el trabajo y la familia me lo permitían. Es un punto de interés innato. Que mi carrera médica derive en esto es como trabajar de tu hobby”, confiesa, quien tuvo como primera especialidad la terapia intensiva. “La respuesta de la fisiología humana es la misma en una terapia intensiva y en una actividad física extenuante en situaciones extremas”.

Hintze subraya la importancia de la precaución en la altura, especialmente para personas con condiciones preexistentes como la hipertensión. Su experiencia como parte del equipo médico de “Summit Aconcagua” en 2018, un proyecto que llevó a deportistas que habían superado adversidades a intentar hacer cumbre en el Aconcagua, ilustra los desafíos únicos que presenta la montaña. Figuras como los medallistas olímpicos Fabricio Oberto y Paula Pareto, o el capitán de Los Murciélagos Silvio Velo, aceptaron el reto, al igual que el conductor televisivo Julián Weich y el rugbier Ezequiel Baraja. .

“Las situaciones que pueden suceder en la altura son complejas, primero por lo heterogéneo de la población que subió. No eran montañistas, eran deportistas que habían podido autosuperarse gracias al deporte en distintas disciplinas, pero nunca habían pisado una montaña”, recuerda Hintze. Relata casos como el de Oberto, que requería una ingesta calórica enorme, casi imposible en la altura, o de un corredor con una capacidad pulmonar reducida que sorprendentemente mantenía un buen rendimiento cardiovascular.

De estas vivencias, Hintze destaca su profunda admiración por la tenacidad humana. “Tratar el dolor físico está explicado en todos los libros, el mental no”. En su consultorio, la conversación trasciende la medicina para abordar las sensaciones y los límites de la fisiología humana. “Te das cuenta que hay personas que con la voluntad pueden llegar. Sólo falta el esfuerzo, la voluntad y la disciplina”, afirma.

Su paso por la terapia intensiva la impulsó a buscar enfoques preventivos. “En terapia intensiva llegan con el problema puesto y muy avanzado. Una especialidad que aboga para que los pacientes no lleguen a la terapia intensiva es la medicina del deporte. La idea de lograr que personas sedentarias salgan de esa situación y puedan hacer actividad física”, sostiene.

En su perspectiva, la montaña se erige como una poderosa herramienta para la transformación personal y el autoconocimiento. No le sorprende el impacto trascendental que tuvo la escalada en Novak Djokovic, quien tras una excursión a las montañas francesas en 2018 experimentó un “nuevo aliento” para su deporte, ganó el US Open y reconoció que su victoria no se debió a cambios técnicos, sino a una nueva perspectiva adquirida en la montaña.

“La montaña es generadora de transformación y repercute mucho, sobre todo en personalidades que tienen capacidad de autoevaluación y de autoconocimiento. Cuando alguien tiene esa capacidad de introspección en un lugar agreste y tan impactante, tiene un efecto positivo más allá de la lógica de tener un aprendizaje de la autosupervivencia, del autocuidado, de evaluar el entorno, el contexto para hacer tal o cual cosa”, analiza.

Esta eficiencia deportiva que emana de la montaña ha llevado a que la escalada, en sus versiones naturales y artificiales, se incorpore al programa olímpico, debutando en los Juegos de Tokio 2020. Hintze ve ambas modalidades como herramientas complementarias para el entrenamiento.

A pesar de la distancia física, Hintze mantiene viva su conexión con la montaña. “Es difícil hacer medicina de montaña en Capital Federal. Pero es donde me tocó vivir y siempre trato de viajar a la montaña lo más posible. Lo que la familia y mi logística laboral me permiten. Estar cerca de la montaña sería mejor, claramente”, concluye.