
Como si las preocupaciones relacionadas a los niños y la tecnología no faltaran, la emergencia de la inteligencia artificial (IA) generativa plantea nuevos debates sobre cómo deberían de usar nuestros hijos tecnologías como Chat GPT. Aún estamos debatiendo, por ejemplo, cuál es la edad correcta para que los menores de edad tengan un celular o si dicha tecnología debería estar o no prohibida en la escuela, cuando un torrente de innovación se está desarrollando y cambiando principalmente la forma en la que generamos conocimiento.
Como en otras oportunidades, la emergencia de una nueva tecnología obliga no solo a debates, sino también a la necesidad de conocer en profundidad sus características, impactos y matices con el objetivo de comprender sus alcances para luego pensar en cómo acercaremos sus posibilidades a los más chicos. Pero la IA generativa plantea algunos desafíos que quizás no hemos presenciado en otros momentos de innovación como la aparición de las computadoras, internet o el propio celular. Dichos dispositivos aparecieron en el mundo productivo y lo transformaron radicalmente. Hubo un tiempo de rechazo, de comprensión y finalmente de incorporación a distintos ámbitos de la vida cotidiana, entre ellos la educación. Hoy nadie podría pensar en un estudiante sin alguna de esas herramientas.
Sin embargo, la adopción de Chat GPT es más acelerada y dicha velocidad seguramente nos obligará a apurar nuestros debates sobre la incorporación de la IA en la vida diaria de los escolares. Según el último informe “Kids Online Argentina”, elaborado por Unicef, la aparición de modelos generativos como GPT-3 no solo masificó el acceso a una nueva tecnología, sino que introdujo nuevas discusiones éticas, especialmente en el ámbito educativo. El informe, presentado en los primeros días de mayo, plantea que docentes y estudiantes enfrentan el desafío de integrar estas herramientas en los procesos pedagógicos sin comprometer la integridad del aprendizaje.
Uno de los datos más reveladores del trabajo de Unicef es que el 76% de niñas, niños y adolescentes ya conoce Chat GPT. Pero además apunta a que este conocimiento varía según edad y nivel socioeconómico. La herramienta no solo se conoce en distintos grados según estas variables, sino también su uso. Por ejemplo, el reporte destaca que su aplicación es más frecuente entre los adolescentes de 15 a 17 años y en hogares de nivel socioeconómico medio y alto. El 58% de los encuestados dijo que utilizó Chat GPT y dos tercios de ellos lo hicieron para realizar trabajos escolares. Es decir, la utilización de IA generativa ya es una realidad en el ámbito escolar y no solo eso, sino que el 69% de quienes la usaron para tareas la consideraron “muy útil”. Por lo tanto, más allá de los posibles debates, ya existe una alta valoración de su efectividad entre los estudiantes.
Otros datos
En la encuesta además, se pidió a los niños y adolescentes detallar para qué utilizaban Chat GPT. El 66% de ellos dijo que lo aplicaban para “Resolver algún trabajo de la escuela”, el 44% para “Pedirle información sobre temas que me interesan”, el 33% para “Para probarlo y ver cómo funcionaba” y finalmente el 24% dijo que “Solo por diversión”.
La preocupación por parte los educadores sobre cómo aplican Chat GPT sus alumnos es real y según un trabajo anterior de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), está centrada en la posibilidad de “falsificar evidencias de aprendizaje a causa de la dificultad de distinguir entre contenido creado por humanos y por máquinas”. Al mismo tiempo, los docentes comienzan a plantear la incorporación de habilidades y estrategias para aprovechar el potencial de la IA en términos pedagógicos. Sin dudas, sus aplicaciones están acelerando tiempos de trabajo y modos de acceso al conocimiento que hasta hace pocos meses no existían.
El desafío pedagógico ante este momento de innovación es enorme, pero al menos ya tenemos evidencia de que los alumnos están incorporando el potencial de la IA en sus rutinas escolares. Esta práctica, que se evidencia a partir de los 9 años según el trabajo de Unicef, obliga a desplegar al menos determinados acuerdos sobre su implementación en un momento central del desarrollo cognitivo de los más chicos. Aún no sabemos cuál será el impacto total de Chat GPT o plataformas similares, pero puede que estemos ante un cambio radical en la manera en la que accedemos y procesamos información, dos acciones clave en el proceso de aprendizaje. Hasta que tengamos evidencia de ello, trabajemos entonces en la mejor forma de acompañar a los más chicos en este momento de asombro.