El 8 de mayo de 2025, el humo blanco en la Capilla Sixtina anunció la elección del cardenal estadounidense Robert Prevost como nuevo pontífice, quien adoptó el nombre de León XIV. Esta elección no solo marca un hito por ser el primer papa estadounidense, sino también por revivir un nombre papal que no se utilizaba desde hace más de un siglo. La elección de este nombre rinde homenaje a León XIII, un papa que dejó una profunda huella en la historia de la Iglesia Católica.Diario AS
Un pontificado reformista
León XIII, nacido como Vincenzo Gioacchino Pecci en 1810, fue el 256.º papa de la Iglesia Católica, desempeñando su pontificado entre 1878 y 1903. Durante su liderazgo, buscó reconciliar la Iglesia con los avances del mundo moderno, promoviendo el diálogo entre la fe y la razón. Su encíclica "Rerum Novarum" (1891) es considerada la piedra angular de la doctrina social de la Iglesia, defendiendo los derechos de los trabajadores y abogando por la justicia social.
Además, León XIII fomentó el estudio de Santo Tomás de Aquino y abrió los archivos del Vaticano a los investigadores, demostrando una apertura sin precedentes hacia el conocimiento y la ciencia. Su enfoque pastoral y su compromiso con los más desfavorecidos lo convirtieron en una figura emblemática de la Iglesia en tiempos de cambio.Diario AS
Un legado que inspira
La elección del nombre León XIV por parte del nuevo papa sugiere una intención de continuar el legado de apertura y compromiso social de León XIII. En un mundo que enfrenta desafíos como la desigualdad y la polarización, esta elección puede interpretarse como un llamado a una Iglesia más cercana a las necesidades contemporáneas y dispuesta a dialogar con los signos de los tiempos.
El nuevo pontífice, con su elección de nombre, parece indicar una voluntad de tender puentes entre la tradición y la modernidad, siguiendo el ejemplo de su predecesor del siglo XIX.







