07 Mayo 2025
Como indica la tradición, el humo negro que emergió esta tarde de la chimenea de la Capilla Sixtina marcó el resultado de la primera votación del cónclave: aún no hay nuevo papa.
Una espesa humareda negra se elevó este miércoles hacia las 19:00 GMT desde el tejado de la Capilla Sixtina, señal inequívoca de que los 133 cardenales encerrados en su interior no lograron elegir al sucesor del papa Francisco, según constataron periodistas de la AFP. La escena fue seguida con atención por miles de curiosos y fieles que se agolparon en la Plaza San Pedro, expectantes ante el resultado de esta misteriosa y secreta reunión.
La fumata negra —generada por la quema de las papeletas electorales con una mezcla de productos químicos— confirmó lo previsible: tras la primera jornada de deliberaciones, no hubo consenso. El protocolo se mantiene sin alteraciones desde hace siglos. Reunidos a puertas cerradas, los cardenales votan hasta cuatro veces al día hasta alcanzar una mayoría de dos tercios, necesaria para consagrar al nuevo pontífice.
En esta primera jornada, el humo negro no sorprendió, pero sí reavivó el interés global por un proceso cargado de simbolismo y poder. Como ocurrió en cónclaves anteriores —el que eligió a Benedicto XVI en 2005 y a Francisco en 2013—, las decisiones suelen madurar con el correr de las horas. No es raro que la fumata blanca tarde en llegar.
La Iglesia atraviesa un momento bisagra, con tensiones internas entre corrientes progresistas y conservadoras, desafíos sociales, disputas por la representación global y un electorado católico cada vez más heterogéneo. Todo eso se juega, en silencio, bajo la bóveda de Miguel Ángel.
Mientras tanto, el mundo mira hacia el cielo del Vaticano, atento a una señal de humo que, por ahora, sigue siendo negra.
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