Para River, un triunfo en Ecuador puede valer una clasificación

El "Millonario" visitará mañana a Barcelona en Guayaquil, por la cuarta fecha de la fase de grupos de la Copa Libertadores

Para River, un triunfo en Ecuador puede valer una clasificación
07 Mayo 2025

Hay cuentas que no requieren calculadora, apenas un gol a tiempo basta. En el caso de River, la matemática es simple pero vital: si vence a Barcelona en Guayaquil mañana, quedará a un paso de los octavos de final de la Copa Libertadores, con cuatro puntos de ventaja y dos partidos por jugar (ambos en el calor protector del Monumental). Por eso, aunque los cruces del Apertura 2025 asomen en el horizonte inmediato, Marcelo Gallardo no especula: lleva a Ecuador su mejor repertorio, decidido a empezar a cerrar la clasificación con el bisturí de la precisión y el corazón de una final.

Como en los viejos cuentos de regreso, la defensa se rearma con protagonistas conocidos y giros inesperados. Paulo Díaz vuelve tras 22 días de ausencia, como un guerrero que regresa al frente, mientras que Gonzalo Montiel da una señal de coraje y resistencia: superó un desgarro en apenas nueve días y está otra vez en la partida, a disposición. Gallardo deberá elegir si le devuelve la titularidad inmediata al chileno o si lo reserva en el banco, manteniendo a Germán Pezzella junto a Lucas Martínez Quarta, quien purgó suspensión y asoma como inamovible.

El otro costado de la defensa también ofrece certezas: Marcos Acuña, que descansó ante Vélez, estará desde el inicio. En el lateral derecho, Bustos parece haberle ganado la pulseada a Montiel, aunque “Cachete” espera con la mecha encendida para sumar minutos y llegar afilado al duelo del lunes contra Barracas Central, ese choque de eliminación directa en el Apertura.

Del mediocampo hacia arriba, la sinfonía empieza a sonar con partitura repetida. Enzo Pérez será el eje, con Kevin Castaño (resguardado el fin de semana pasado) como ladero por derecha y Giuliano Galoppo completando el triángulo de equilibrio y empuje. Más adelante, la pólvora fresca: Franco Mastantuono, Sebastián Driussi y Facundo Colidio se entienden a señas, forman un tridente afilado que recuperó el fuego goleador y se prepara para hurgar entre las grietas del fondo ecuatoriano.

River sabe que en la altura húmeda de Guayaquil no alcanza con contar los minutos: hay que hacerlos pesar y sobre todo manejar los tiempos. Gallardo lo entendió como un matemático de la gloria: no hay mejor resultado que el que se obtiene jugando bien. Y si la ecuación cierra con goles, y con otro paso importante pensando en la siguiente instancia, tanto mejor.

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