
La llamada de “Banda de los narpolicías” utilizaba el mismo modus operandi para secuestrar personas que habrían estado vinculadas al tráfico de sustancias. Eso es lo que se desprendió en el tercer juicio que afrontan los integrantes de este grupo.
El 18 de febrero de 2022, P. N. se encontraba en su campo de la zona de Leales cuando se presentaron seis personas que dijeron ser policías y que estaban realizando un allanamiento. Después de reducirlo y colocarle las esposas, le dijeron que si les pagaba una suma de dinero no le armarían una causa. Por esa razón, lo trasladaron desde la finca hasta cerca de su casa, donde retiraron $200.000 y un Fiat Palio Weekend para dejarlo en libertad.
A los días de haberse registrado el secuestro, los medios de comunicación difundieron los videos de un asalto perpetrado por policías en Famaillá. La víctima reconoció a uno de ellos y realizó la denuncia. El fiscal federal Agustín Chit inició la investigación que derivó en la detención de Ricardo Rodríguez, Martín Romano, José Villa, José Gallo y Eduardo Agüero. También fue identificado Daniel Villardón, quien se encuentra prófugo.
Sin embargo, en el marco de la investigación surgió la existencia de una banda que se dedicaba a elegir personas vinculadas al tráfico o comercialización de sustancias para secuestrarlos o robarles drogas. No sólo encontraron vínculos entre ellos, sino que además tenían el mismo modus operandi. Ya habían sido acusados por el intento de rapto de un allegado a un transa de la capital tucumana y el robo a otro en Famaillá.
Más detalles
Hasta el momento fueron condenados por integrar este grupo los policías federales Gonzalo Lagoria y Néstor Medina, los efectivos de la policía provincial Luciano Campos y Jonathan Díaz (participaron en el secuestro de un taxista vinculado a un transa) y los efectivos de la fuerza tucumana Romano, Bruno Ciolfo y Gustavo Fernández por el robo a un supuesto vendedor de estupefacientes de Famaillá.
En los tres debates que se realizaron surgieron prácticamente los mismos indicios. Entre ellos, los más importantes fueron:
1- Inteligencia: en los tres hechos los atacantes eligieron sus víctimas. Lagoria y Medina tenían información sobre la amistad del taxista con el vendedor de sustancias. Fernández era ex compañero del famaillense al que robaron. En el caso del productor, Villa estaba relacionado con la víctima porque eran miembros de una misma agrupación gaucha y salían a cazar juntos.
Villa desmintió ayer haber tenido algo que ver con el secuestro. Reconoció que estuvo en el campo de la víctima por orden de su superior, Gustavo Orellana, que le había pedido que lo hiciera para buscar a un hombre que se había escapado de la seccional 5ª.
2- Traslado: tanto el taxista como el productor fueron obligados a subirse a vehículos en los que estuvieron circulando por varias horas. Durante ese tiempo, los captores realizaban negociaciones para cobrar los rescates. En el primer hecho, exigían una suma de dinero o droga para liberarlo, pero no concretaron su objetivo porque fueron detenidos. En el otro hecho, cobraron $200.000 (unos U$S1.000 en esos días) y un vehículo. Con el famaillense no pudieron hacer lo mismo porque escapó cuando los policías irrumpieron en su domicilio.
3- Recurso.- Los miembros de la “Banda de los narcopolicías” también tenían otra estrategia. Realizar las negociaciones en puntos cercanos a dependencias de las fuerzas de seguridad. En el caso del taxista, estacionaron sobre la calle Santa Fe, a pocos metros de la Agencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal. En el del productor, en la plaza de barrio Jardín, a metros de la base de Homicidios y a pocas cuadras de la Jefatura de Policía.
4- Vínculos: al analizar las llamadas realizadas por los acusados, surgieron que los condenados y enjuiciados tenían contactos habituales. Uno de los testigos informó que Villa se comunicó con Campos para preguntarle cuándo harían “otro trabajo”.
La audiencia
Más allá de todas las especulaciones, ayer se desarrolló la segunda jornada del debate por el secuestro del productor. Continuaron declarando los investigadores del caso, que explicaron cómo habían identificado a los sospechosos.
“Nunca participé en este hecho. La víctima y sus parientes no dijeron muchas cosas”, declaró Villa, el único imputado que decidió dar a conocer su versión de los hechos. “Hace dos años y ocho meses que estoy detenido en una causa en la que no hay pruebas en mi contra”, finalizó.
El juicio entrará en receso hasta el lunes 19. Se estima que finalice esos días.