TURISMO MUNDIAL.
La irrupción de la inteligencia artificial (IA) en el sector turístico no es solo una tendencia tecnológica, sino un fenómeno que está transformando profundamente la manera en que los viajeros planifican, eligen y disfrutan de sus experiencias. Desde motores de búsqueda hasta plataformas de reservas, la IA está redefiniendo el comportamiento del consumidor y desafiando a las empresas a adaptarse con rapidez.
Planificar un viaje ya no implica navegar horas por múltiples páginas web. Hoy, herramientas como los resúmenes de IA de Google -conocidos como AI Overviews- permiten acceder a información condensada y generada automáticamente sobre destinos, excursiones y actividades, todo desde la misma página de resultados. Esta función no solo ahorra tiempo, sino que también cambia radicalmente el proceso de descubrimiento de nuevos lugares y actividades.
Además, asistentes conversacionales como ChatGPT han comenzado a desempeñar un rol clave como "agentes de viajes virtuales". Gracias a la capacidad de personalizar recomendaciones en función de las preferencias del usuario, estas herramientas pueden sugerir itinerarios completos, resolver dudas logísticas y hasta ajustar los planes según el presupuesto o la compañía de viaje, en segundos y desde cualquier dispositivo.
Este nuevo escenario presenta ventajas para los usuarios, pero también plantea desafíos importantes para las empresas turísticas. La visibilidad digital, antes centrada en el posicionamiento SEO y la publicidad paga, ahora también depende de cómo los algoritmos de IA interpretan, valoran y priorizan los contenidos.
En este contexto, los expertos recomiendan a los viajeros que utilicen prompts específicos y detallados al interactuar con herramientas de IA para obtener mejores resultados. También es clave corroborar siempre la información con fuentes oficiales, leer reseñas reales y considerar las políticas de cancelación o cambios antes de hacer una reserva.
Para las empresas del sector, la IA supone tanto una amenaza como una oportunidad. La clave estará en generar contenido cada vez más claro, completo y personalizado, ya que muchas decisiones de los usuarios se tomarán directamente en los resúmenes de búsqueda, sin que estos lleguen a visitar los sitios web.
Uno de los principales riesgos es que las plataformas turísticas pierdan visibilidad frente a respuestas generadas por IA que resumen múltiples fuentes. La necesidad de diferenciarse no solo pasa por ofrecer precios competitivos, sino también por garantizar confianza, autenticidad y una experiencia humana detrás de cada recomendación o reserva.
En la empresa Civitatis, especializada en excursiones y actividades en más de 160 países, destacan que “la IA representa un cambio de paradigma en cómo se comunica y se vende el turismo “on line”. La prioridad ya no es solo estar bien posicionados, sino lograr que nuestro contenido sea útil, detallado y lo suficientemente atractivo como para ser tomado en cuenta por las propias herramientas de inteligencia artificial”.
Según Nicolás Posse, country manager de la firma en Argentina, “los principales desafíos del sector turístico serán mantener tanto la autoridad como la credibilidad, ya sea en buscadores como en usuarios. Debemos adaptar nuestras estrategias y contenidos para seguir siendo relevantes en esta nueva era digital”.
En definitiva, la inteligencia artificial ha llegado al turismo para quedarse. El desafío será encontrar el equilibrio entre eficiencia tecnológica y calidez humana, para que la planificación de un viaje siga siendo tan emocionante como la experiencia misma.







