Desarrollan un nanoproducto para combatir enfermedades de la caña de azúcar

El producto es antifúngico, inductor de la defensa vegetal y adyuvante. Aprobó ensayos a campo en la Argentina, y ahora se está probando en Brasil.

CLAVE. El bioproducto Atic Nano, al ser desarrollado a escala nanométrica, penetra mejor en la membrana de la planta para combatir los patógenos. CLAVE. El bioproducto Atic Nano, al ser desarrollado a escala nanométrica, penetra mejor en la membrana de la planta para combatir los patógenos.
03 Mayo 2025

La nanotecnología avanza a pasos agigantados en pos de hallar soluciones para la vida en general. Y dentro de diversos ámbitos, también aplicada a la agricultura, y de forma sustentable. Es el caso, por ejemplo, de un trabajo científico que difundió la periodista Daniela Orlandi en el sitio Medios UNT.

Investigadoras de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) desarrollaron un bioproducto antifúngico, ideal para la agricultura regenerativa, que además es activador de las defensas de las plantas.

Este bioproducto puede usarse en diferentes cultivos industriales como soja, trigo, maíz y caña de azúcar. Tiene la ventaja de ser desarrollado a escala nanométrica, lo que le permite penetrar mejor en la membrana de la planta para combatir los patógenos. Además, cuando se lo aplica no entra en contacto con el suelo, de modo que no afecta la flora nativa del lugar.

El bioproducto se llama Atic Nano y está diseñado a partir de hongos ambientales de las Yungas, de los cuales se generaron proteínas, lípidos y otras sustancias orgánicas. Luego se separaron las moléculas y se las puso en contacto con sales inorgánicas de plata. A partir de esa mezcla se sintetizaron las bionanopartículas que quedaron constituidas en un 70% de componentes biológicos y en un 30% de componentes inorgánicos.

Investigadores

El equipo de investigación está conformado por Cintia Romero, doctora en Bioquímica, docente de la Facultad de Bioquímica, Química y Farmacia de la UNT e investigadora del Conicet; por José Sebastián Dávila Costa, por Romina Bertani, por Franco Segli y por Solana Chaves, todos doctores en Ciencias Biológicas. Constituyeron una empresa tecnológica denominada “Qumir Nano”, para avanzar con los ensayos y con la producción a mayor escala de sus desarrollos. Franco Ciaffone está a cargo de la gerencia de la empresa.

Romero contó que Atiq Nano protege los cultivos y, a diferencia de los productos microbianos convencionales, no contiene organismos vivos. “Aprovecha biomoléculas producidas naturalmente por microorganismos específicos, sin necesidad de aplicar microbios vivos en el campo, lo que da ciertas ventajas”, explicó.

“El producto no se ve afectado por las condiciones de suelo y de ambiente, puede combinarse con pesticidas del mercado y tiene doble acción: por un lado, induce las defensas de las plantas y, por el otro, ayuda a controlar los patógenos”, puntualizó.

El producto tiene tres propiedades: antifúngico, inductor de la defensa vegetal y adyuvante (queda pegado a la hoja de la planta, lo que asegura un mejor rendimiento). Se aplica diluido en agua, por medio de mochilas de pulverización. Ya superó con éxito ensayos a campo realizados durante tres años en la Argentina. Actualmente se está probando en Brasil.

El equipo de investigación está desarrollando también un bionanofertilizante con un origen similar, a partir de los hongos de las yungas, pero combinado con otras sales como potasio fósforo y nitrógeno. El flamante producto ya superó las pruebas de laboratorio y, actualmente se ensaya en invernaderos, a mediana escala.

Modelo de negocio

Romero señaló que el modelo de negocio de “Qumir Nano” se fundamenta en el licenciamiento del producto a empresas agroquímicas, con las que ya están en conversaciones en rondas de negocios. “Esto nos permitirá una salida rápida al mercado y una gran capacidad de distribución”, indicó.

Como fortaleza del producto, la investigadora resaltó la sustentabilidad -reduce el uso de agroquímicos convencionales- y la eficiencia -consigue mayor absorción y penetración del producto en la planta, gracias a la nanotecnología-.

En cuanto a las debilidades, sostuvo que la bionanotecnología es una categoría emergente que aún necesita marcos regulatorios específicos. Y agregó que resulta clave generar confianza en el mercado para que los productores estén dispuestos a hacer ensayos a gran escala para comprobar la eficacia y la viabilidad económica del producto.

Inicialmente, la investigación contó con financiamiento público, por medio de instituciones como la UNT y la planta piloto de Procesos Industriales Microbiológicos (Proimi, Conicet). Luego, con la creación de la startup, obtuvieron apoyo de inversores privados y fondos de innovación. La empresa “Qumir Nano” se constituyó a fines del 2022 con el objetivo de desarrollar y de comercializar soluciones bio-nanotecnológicas para mejorar la productividad y sustentabilidad agrícola.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios