
En la competitiva e indescifrable Primera Nacional, San Martín de Tucumán se transformó en una especie de “forastero temible”: lejos de su casa despliega su mejor versión. Como esos guerreros que rinden más en tierra ajena que en su propio reino, el equipo de Ariel Martos encontró, en cada salida, un escenario propicio para exhibir sus fortalezas. Sin embargo, en La Ciudadela, el “Santo” todavía busca romper la resistencia de rivales que, con astucia, logran incomodarlo.
El dato es contundente: de visitante, San Martín jugó siete partidos, ganó cuatro y empató tres. Sumó 15 puntos con una efectividad del 71,43%. Los triunfos contra Patronato, Deportivo Maipú, Alvarado y, recientemente, Arsenal en Sarandí con gol de Juan Cruz Esquivel, hablan de un equipo que sabe adaptarse, replegarse y golpear con inteligencia de contragolpe.
La comparación con otros equipos refuerza aún más su mérito: Chacarita (14 puntos), Defensores de Belgrano y San Telmo (ambos con 12 puntos) son los que siguen en el ranking de mejores visitantes, pero ninguno mostró la consistencia de San Martín jugando fuera de casa.
Una de las claves del éxito es su estructura defensiva, que juega “de memoria”. Con Darío Sand en el arco, la solidez se asienta en la zaga central formada por Mauro Osores y Guillermo Rodríguez, acompañados en los laterales por Federico Murillo y Hernán Zuliani.
La estadística lo confirma: el “Santo” permitió apenas tres goles en lo que va del torneo (uno sólo jugando de visita), mostrando buenas cifras defensivas: un promedio de 0,3 goles encajados por partido, 32,7 intercepciones por encuentro, 2,3 salvadas por juego, 66,3 balones recuperados y apenas cinco errores que terminaron en disparos al arco, según los datos del sitio web especializado en estadísticas, SofaScore.
Pero el conjunto de Bolívar y Pellegrini no sólo se defiende bien cuando sale de casa. También ataca con inteligencia, especialmente de contragolpe. Ahí registra un promedio de 0,8 goles por partido, completando 12 regates de media, logrando 9,2 remates por encuentro y manteniendo una efectividad perfecta en los penales (dos convertidos de dos ejecutados). Hasta aquí suma 10 goles en el torneo, una cifra que acompaña su rendimiento.
Sin embargo, el gran desafío sigue siendo trasladar esa contundencia a La Ciudadela.
De local, en cinco partidos, logró dos victorias y tres empates, incluyendo el último 1-1 frente a All Boys. Una efectividad del 60%, que si bien no es mala, no alcanza todavía para lograr el equilibrio y terminar de consolidarse en la cima de la zona A.
La explicación a este fenómeno la dio el propio Martos tras el último triunfo en Sarandí. “Para mí es circunstancial. Los partidos son todos duros, hay veces que se te abren un poquito más de visitante, capaz que más adelante se abran mejor de local”, explicó el DT. “Este es un equipo con mucha personalidad, que trata de imponer su juego tanto de local como de visitante. Hay veces que se puede y otras que no, pero la idea es esa: ser protagonistas en todas las canchas”, agregó.
Busca el equilibrio
Consultado sobre si le preocupa la diferencia de rendimiento tanto de local como de visitante, Martos no titubeó. “No me preocupa. Son circunstancias que se dan. Después, capaz que se revierte y nos preguntarán por qué cuesta de visitante. Hay que entender que todos los partidos son duros, todos los rivales son complicados”.
En su última presentación como local, contra el “Albo”, San Martín sintió las dificultades propias de enfrentar a un rival replegado. En ese contexto, Nahuel Cainelli también aportó su mirada. “Nos quedó ese sabor amargo de no poder dejar los tres puntos en casa. Cuando jugamos de visitante, por ahí los equipos suelen salir a jugar un poco más. Ahí encontramos más espacios y podemos controlar mejor”.
Justamente, uno de los factores que más complica a San Martín en La Ciudadela es enfrentar a rivales que se repliegan, ceden terreno y esperan el error. Eso obliga al “Santo” a tener que romper defensas cerradas, una tarea siempre difícil en el fútbol moderno.
No obstante, la fortaleza de San Martín radica en su defensa sólida y en su capacidad para aprovechar los espacios cuando se le presentan. “Esta campaña está bien sustentada en el rendimiento. Nosotros buscamos mejorar el funcionamiento, pero también hay que reconocer que a veces el rival juega y no te permite hacer tu juego. Ahí es cuando aparece la personalidad del equipo y sacamos adelante los partidos”, analizó Martos.
El equipo está lejos de su techo, tal como advirtió el DT, pero si logra encontrar el equilibrio entre su versión visitante y su faceta como local, podría consolidarse definitivamente en la cima.
San Martín ya demostró que sabe navegar las aguas turbulentas fuera de casa.
El próximo reto será contra Colegiales en La Ciudadela, una nueva oportunidad para empezar a romper ese pequeño hechizo que, por ahora, impide que el “forastero implacable” también sea imbatible en su propia fortaleza.