Por Guillermo Monti
25 Abril 2025
PLAZA SAN PEDRO. Oscar viajó más de cinco horas para despedir al papa Francisco.
Entre la multitud que desfila conmovida frente al féretro del papa Francisco en la Basílica de San Pedro, hay una figura que se destaca por su devoción doble: lleva la camiseta de Lionel Messi, una bandera argentina sobre los hombros y el corazón lleno de gratitud por dos ídolos que marcaron su vida. Se llama Oscar Flores, es de Villa Lugano y hace 20 años que vive en Italia, en la región de Pavía. Este fin de semana, no quiso faltar a la despedida del pontífice argentino.
“Viajé más de cinco horas en ómnibus para estar acá. Vine solo, pero con el alma llena de emociones”, cuenta Oscar, que llegó a Roma para participar de la vigilia en la Basílica y de la misa exequial que se celebrará el sábado por la mañana. “Para mí, Francisco representa la humildad. Es un ejemplo para todos. Para los italianos fue un verdadero ídolo. Va a ser muy difícil reemplazarlo”, dice conmovido en declaraciones a LA GACETA.
Con el fervor propio de quien lleva sus pasiones a flor de piel, Oscar combina fe y fútbol sin contradicciones. A pocos metros del Altar de la Confesión, donde se encuentra el cuerpo del Papa, sostiene con orgullo su camiseta de la Selección Argentina: “Esta también la llevo por él. Por Francisco y por Messi, mis dos grandes”.
Hincha fanático de River Plate, ya anticipa que será un fin de semana inolvidable. “El domingo es el Superclásico. Espero que el Papa nos dé una mano desde el cielo para ganarle a Boca”, dice entre risas, mientras acomoda la bandera albiceleste que lo cobija en esta despedida histórica.
Oscar es uno entre miles. Pero su historia resume el vínculo profundo que muchos argentinos sienten con el Papa Francisco. Un lazo que trasciende fronteras y que, aún en la distancia, sigue latiendo con fuerza.
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