Una cicatriz sutil, una nariz aguileña que desafía el viento, cejas pobladas que enmarcan una mirada penetrante y la piel curtida por el sol de batallas. Durante cuatro años, el artista santafesino Ramiro Ghigliazza se sumergió en la historia para dar vida a un San Martín diferente, más humano y cercano. Este no es solo un retrato, es una revelación; un proceso que culminó en una imagen vívida del gran prócer argentino.
En 2014, Ghigliazza comenzó una investigación exhaustiva sobre la verdadera imagen del héroe. Buceó en relatos históricos, analizó retratos y daguerrotipos, y se propuso crear un San Martín hiperrealista, un Libertador de América que resonara en el corazón de los argentinos.
El diseñador gráfico se basó en un daguerrotipo que hay del general del Ejército argentino tomado en 1848. También se asentó en varios testimonios históricos como el de Gerónimo Espejo, un militar del Ejército de los Andes, quien lo describió así: "Su mirada era vivísima; ni un solo momento estaban quietos aquellos ojos; era una vibración continua la de aquella vista de águila: recorría cuanto le rodeaba con la velocidad del rayo". Esta misma intensidad es la que Ramiro Ghigliazza buscó capturar en su obra.
"Me conecté con historiadores, empecé a leer cómo lo describían sus contemporáneos, Espejo, Sarmiento, Alberdi y me encontré que había diferencias con el famoso daguerrotipo, la única foto del libertador, y entonces inicié un segundo trabajo basado en ese daguerrotipo en el que tenía 70 años", precisó.
Una mirada desafiante
El resultado es impactante. Es más que un retrato, es casi una fotografía tomada hace una hora. Ghigliazza se basó en testimonios de contemporáneos, buscó modelos con rasgos similares, cotejó cada detalle con los cuadros más famosos y con el daguerrotipo de 1848. El San Martín que emergió de su trabajo es un hombre de 40 años, con una mirada negra y desafiante, un reflejo quizás de la misma determinación que Teo muestra cuando debe elegir entre Batman y el prócer.
"No soy historiador, ni siquiera sabía demasiado sobre San Martín cuando empecé. Lo abordé desde mi oficio, ahora con el tiempo leo mucho más, y los historiadores me contagiaron esa pasión y por eso estoy trabajando en un libro sobre mi abordaje sobre él", adelantó.
El libro será una suerte de entrevista con San Martín y está en la mitad del recorrido. "Siempre digo que tengo admiración, no fanatismo. Lo admiro mucho sus conductas y comportamientos. Voy en la mitad, ,después vendrá la etapa de las correcciones, pero no me quiero apurar para nada. No soy escritor, pero sí me interesó cómo lo abordé y cómo tomó vida y esas cosas que me entusiasman", resaltó.
Una búsqueda apasionada
El cuadro de San Martín, realizado por Ghigliazza, recorrió el mundo gracias a las redes sociales. Por ejemplo se difunde en la página de Facebook San Martín Libertador de Pueblos, pero no se detiene ahí. Visitó cada lugar emblemático de la vida de San Martín: desde San Lorenzo hasta Yapeyú, Mendoza, Maipú, Lima, Boulogne-sur-Mer y Cervatos de la Cueza.
A los 70 años, y casi obligado por su familia, accedió a un daguerrotipo, la técnica fotográfica primigenia. Esa imagen, la más fiel, lo muestra ya anciano, dos años antes de su muerte. Ramiro Ghigliazza transformó esa curiosidad en una búsqueda apasionada. Recopiló testimonios de quienes conocieron a San Martín.
La descripción que hizo Alberdi
Juan Bautista Alberdi, en su "Diario de un viaje a Europa", describió a San Martín como un hombre con "una inteligencia clara y despejada, un espíritu deliberado y audaz. Sus grandes cejas negras suben hacia el medio de la frente cada vez que se abren sus ojos, llenos aún del fuego de la juventud". La "nariz aguileña", "cejas frondosas", "tez aceitunada" y una mirada penetrante fueron detalles que Ghigliazza buscó plasmar.
Una cicatriz en la mejilla, resultado del combate de San Lorenzo, se convirtió en un símbolo de reivindicación histórica. "Hay un testimonio que lo describe con una cicatriz en la mejilla izquierda, algo que ocurrió en el combate de San Lorenzo, donde cae y lo intentan matar y le queda esa cicatriz que luego intenta tapar con la patilla larga; lo hice sutilmente respetando esa acción de San Martín que no quería que se viera mucho", detalló el autor.
El retrato digitalizado de San Martín atrae a los estudiantes, a los historiadores y le ha dado un reconocimiento a Ghigliazza inclusive en la Cámara de Diputados de la Nación, donde se distinguió la obra. Además, el Instituto Nacional Sanmartiniano también declaró la obra de "interés Sanmartiniano".







