Los secretos de la Guardia Suiza: curiosidades del ejército más pequeño y pintoresco del mundo
La Guardia Suiza del Vaticano, con sus uniformes coloridos y su aire de nobleza renacentista, es uno de los símbolos más reconocibles de la Santa Sede. Pero más allá de la imagen que proyectan al custodiar al Papa con lanza en mano, este pequeño pero selecto cuerpo de élite está rodeado de historias, rituales y curiosidades que lo convierten en una de las instituciones más fascinantes del mundo.
1. El ejército más antiguo en servicio continuo
La Guardia Suiza fue fundada en 1506 por el Papa Julio II. Desde entonces, ha servido ininterrumpidamente como fuerza de protección del Pontífice, lo que la convierte en el ejército profesional más antiguo del mundo aún en funciones. Su existencia se remonta a una época en la que los papas necesitaban defensores armados tanto dentro como fuera del Vaticano.
2. Solo suizos (y con requisitos muy específicos)
No cualquiera puede convertirse en guardia suizo. Para ser admitido, se requiere:
Ser varón (por ahora, no se permite el ingreso de mujeres).
Tener ciudadanía suiza.
Ser católico practicante.
Haber completado el servicio militar en Suiza.
Medir al menos 1,74 metros.
Tener entre 19 y 30 años.
Ser soltero (aunque pueden casarse después de dos años de servicio si se comprometen a permanecer en el cuerpo).
Además, se espera que tengan buena conducta, estudios secundarios completos y una carta de recomendación de su párroco.
3. No es solo un disfraz: su uniforme tiene historia
El vistoso uniforme a rayas azules, rojas y amarillas que portan los guardias suizos es uno de los elementos más fotografiados del Vaticano. A menudo se cree que fue diseñado por Miguel Ángel, aunque no hay evidencia concluyente. Lo cierto es que su diseño actual data de principios del siglo XX, inspirado en la moda renacentista.
Cada uniforme es confeccionado a medida y pesa aproximadamente 8 kilos. También tienen una versión más sencilla en azul oscuro para tareas menos ceremoniales.
4. Entrenamiento riguroso (y moderno)
Aunque parezcan una fuerza puramente simbólica, los guardias suizos reciben una formación militar completa. Además del entrenamiento que reciben en el ejército suizo, se preparan en tácticas de protección personal, manejo de armas modernas, defensa cuerpo a cuerpo y control de multitudes. De hecho, también portan pistolas Glock y fusiles automáticos, aunque rara vez se los ve en público con ellos.
5. Protagonistas de una masacre histórica
Uno de los episodios más trágicos en la historia del cuerpo ocurrió en 1527, durante el saqueo de Roma. Ese día, 147 de los 189 guardias murieron defendiendo al Papa Clemente VII, que logró escapar por el Passetto di Borgo, un corredor secreto que conecta el Vaticano con el Castel Sant'Angelo. Desde entonces, ese acto de heroísmo es conmemorado cada 6 de mayo, fecha en la que se celebra el juramento de los nuevos reclutas.
6. Viven dentro del Vaticano (y no pueden hacer cualquier cosa)
Los guardias viven dentro de los muros vaticanos, en una zona reservada para ellos y sus familias si están casados. Además de custodiar al Papa, tienen tareas como controlar accesos, escoltar a cardenales y recibir a jefes de Estado.
En su tiempo libre pueden estudiar, hacer deporte e incluso participar en una banda de música propia. Pero tienen restricciones: deben mantener una conducta intachable, no pueden salir sin autorización por las noches y tienen prohibido formar parte de partidos políticos.
7. Un juramento con espada y lealtad eterna
Durante la ceremonia de juramento, cada guardia coloca su mano izquierda en la bandera del cuerpo y levanta la derecha con tres dedos extendidos —en representación de la Trinidad— mientras pronuncia estas palabras:
"Juro servir fiel, leal y honorablemente al Sumo Pontífice y a sus legítimos sucesores..."
El momento culminante se realiza frente al Papa o sus representantes, y es uno de los actos más solemnes que se celebran en el Vaticano.









