La Iglesia Católica después de Francisco: ¿continuidad o ruptura?

Entre los candidatos a la sucesión, destacan cardenales europeos y asiáticos que podrían marcar el rumbo de una institución complicada.

NUEVO PAPA: El cónclave comenzará en 15 días, luego de las exequias, y participarán de la votación 120 cardenales, todos menores de 80 años. NUEVO PAPA: El cónclave comenzará en 15 días, luego de las exequias, y participarán de la votación 120 cardenales, todos menores de 80 años. FOTO/AFP.

Con el fallecimiento de Jorge Mario Bergoglio se inicia una etapa de disputa por el liderazgo en una de las instituciones más antiguas y con mayor vigencia del planeta. El Vaticano puso en marcha el protocolo conocido como “Sede Vacante”, que marca el inicio del proceso de transición hasta la elección del nuevo Sumo Pontífice y, en ese contexto, ya comienzan a perfilarse candidatos de diferentes corrientes: progresistas, moderados y conservadores.

La gran incógnita no se limita a quién será el nuevo Papa, sino también a qué rumbo tomará la Iglesia. Las diferencias entre los aspirantes son notables en lo teológico, político y pastoral, lo que hace que esta elección capte el interés mundial. Según especialistas en coberturas vaticanas, una de las claves del cónclave será si los cardenales optan por un Papa europeo o de otra región, lo que puede interpretarse como una señal de continuidad o ruptura con el legado de Francisco.

En esta elección parece improbable que se elija a un Papa latinoamericano y nulas chances de un norteamericano. Las miradas apuntan principalmente a figuras europeas y asiáticas. Entre los llamados “papables”, hay tres nombres que sobresalen como herederos naturales del camino iniciado por Francisco: dos italianos y un filipino.

Con 70 años, el Cardenal Pietro Parolin, actual secretario de Estado del Vaticano, aparece entre los favoritos. Italiano, con una sólida experiencia en la diplomacia vaticana, es visto como un moderado capaz de articular consensos. Si bien estuvo cerca del poder, su estilo dialoguista y su prudencia lo posicionan como una figura respetada que podría generar unidad en un momento clave. No obstante, Inés San Martín, vicepresidenta de Comunicación de las Obras Misionales Pontificias, señala que “aunque Parolin representaría una continuidad de Francisco, la tradición juega en su contra: usualmente el secretario de Estado no es elegido Papa”.

Otro nombre con fuerza es el del filipino Luis Antonio Tagle, de 67 años, quien de ser elegido sería el primer Papa asiático. Reconocido por su perfil progresista y su enfoque pastoral abierto, cuestionó la forma en que la Iglesia ha tratado a los divorciados y a las personas LGBTQ+, proponiendo una mirada más acogedora. Para los analistas, representa una prolongación del camino de Francisco hacia una Iglesia que dialogue con los tiempos modernos. San Martín lo valora como una alternativa muy interesante, aunque advierte que “su juventud podría jugar en contra, ya que un pontificado suyo podría extenderse por unos 15 años”. Además, plantea dudas sobre su capacidad administrativa: “Es excelente predicando y muy pastoral, pero puede haber cardenales que se pregunten si está preparado para gestionar la estructura vaticana”.

Un dialoguista

El tercero en la lista es el italiano Matteo Zuppi, de 69 años, cercano al Papa saliente y con una trayectoria marcada por el diálogo interreligioso y la diplomacia por la paz. Defensor de una Iglesia abierta y comprometida con los sectores más marginados, también promovió la inclusión de la comunidad LGBTQ+. Su sintonía con Francisco podría favorecerlo, pero al mismo tiempo despertar resistencias entre los sectores conservadores. San Martín señala que su bajo perfil podría ser un obstáculo: “Le costaría alcanzar la mayoría necesaria de votos y tiene enfrente a un bloque conservador que probablemente no lo apoye”.

El cónclave, además de ser una reunión política de gran peso, es también un evento de gran significado religioso. En su ritual, los cardenales se encuentran aislados del mundo exterior para garantizar que sus decisiones no se vean influenciadas por factores externos. Este procedimiento, que permaneció en gran medida inalterado durante siglos, garantiza que el proceso de sucesión sea llevado a cabo con el máximo nivel de seriedad y respeto. Tras la elección, aparece la emocionante fumata blanca, este humo blanco que emerge de la chimenea de la Capilla Sixtina es la señal inequívoca de que el cónclave llegó a una decisión.

Doctrina y cambio

En sus 12 años de papado, Francisco trató de seguir a su homónimo, San Francisco de Asís, el fraile italiano del siglo XIII famoso por su pobreza, paz y cuidado de la creación. La defensa del planeta, la difícil situación de los inmigrantes y la construcción de la paz a través del diálogo fueron los pilares de su papado, e intentó vivir su visión de una Iglesia más humilde, optando por no residir en el Palacio Apostólico del Vaticano, sino en su casa de huéspedes, la Casa Santa Marta. En su período como líder de la Iglesia Católica, Bergoglio trató de evitar actitudes sentenciosas sobre la vida personal de las personas, y aunque no cambió formalmente la doctrina sobre las relaciones entre personas del mismo sexo, realizó algunas actualizaciones significativas de la postura de la Iglesia, como mostrar su apoyo al reconocimiento legal de las parejas del mismo sexo y condenar la criminalización de la homosexualidad en África: “Nadie se escandaliza si doy la bendición a un empresario que quizá explota a la gente: y eso es un pecado gravísimo. Mientras que se escandalizan si se la doy a un homosexual… ¡Esto es hipocresía!”, planteó.

Cónclave: cómo se elige al nuevo papa

1. Desde el momento en que queda la vacante, se esperan 15 días para su inicio.  Todos los cardenales deben estar en Roma.

2. De los 252 miembros del Colegio Cardenalicio, sólo 120 podrán elegir al nuevo Pontífice. Deberán tener menos de 80 años.

3.  El nuevo Papa deberá tener los dos tercios de los votos. En caso de no llegar, se vuelve a votar cuantas veces sea necesario

4. El  elegido deberá optar por un nombre y será anunciado por el cardenal más longevo en la Plaza de San Pedro

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