La muerte del Papa: "Francisco fue un líder religioso pero también un jefe político"
En un día de profunda conmoción mundial, la licenciada en Relaciones Internacionales, María José Mazzocato, ofreció a LA GACETA una reflexión cargada de análisis geopolítico y humanitario sobre el fallecimiento del papa Francisco. “El Sumo Pontífice fue un líder religioso, sí, pero también un jefe político. Su partida deja un vacío, no solo en el Vaticano, sino en el escenario internacional”, sostuvo en "Buen Día", programa de LG Play.
Mazzocato destacó el rol de Francisco como figura central en el diálogo global. “Fue un papa moderno, el primero jesuita y latinoamericano, y eso no es menor: marcó una nueva idiosincrasia en la Iglesia, basada en el Concilio Vaticano II y en una búsqueda constante por una Iglesia más activa, más humana”, expresó.
Francisco, recordó la licenciada, fue un Papa que se movió. Viajó más de 40 veces, visitó países olvidados por la agenda internacional, y llevó un mensaje de unidad y paz, aún en los escenarios más hostiles. “No podemos olvidar su viaje a Lampedusa, donde se puso al lado de los migrantes; o su acercamiento a comunidades históricamente relegadas, como la LGTBIQ+ y los presos. Su mirada no fue solo religiosa, sino profundamente humana”, señaló Mazzocato.
En ese mismo sentido, recalcó que Francisco supo gestionar al Vaticano como un Estado. “Mostró transparencia económica, designó figuras diversas, no solo europeas, y reformó estructuras internas. Fue un jefe de Estado con una hoja de ruta clara, tanto espiritual como política”.
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Contexto internacional
Respecto al contexto internacional, Mazzocato remarcó la complejidad del escenario actual. “El mundo al que llegó Francisco era menos convulsionado. Hoy tenemos guerras, polarización, crisis migratorias, conflictos comerciales. Necesitamos un liderazgo que entienda esta nueva realidad. El próximo Papa tiene que ser un estratega global, un mediador con peso moral y político”.
Frente al auge de liderazgos duros y muchas veces violentos, la licenciada subrayó que el perfil conciliador y humanista de Francisco fue una rareza necesaria. “Mientras emergen figuras disruptivas, populistas o autoritarias, el Papa fue un punto de equilibrio. Hoy el mundo necesita humanidad, y él intentó encarnarla hasta el final”.
Finalmente, sentenció con una reflexión contundente: “Su legado no es solo eclesiástico, es profundamente político y humano. El próximo Papa no puede ignorar eso. Va a ser una persona necesaria, porque el Vaticano, aunque a veces lo olvidemos, también es un actor fundamental en la escena internacional”.







