En la inhóspita puna argentina, cerca del límite con Chile, la provincia de Salta conserva los restos de un pueblo que, pese a haber sido abandonada, aún perdura como testimonio del pasado. Es La Casualidad, ubicada en el Departamento Los Andes, donde funcionó durante casi 40 años un establecimiento dedicado a la explotación de azufre.
Conocida como un pueblo fantasma, La Casualidad encierra una historia casi olvidada. Fue fundada en 1951 con el objetivo de alojar a los empleados de una mina cercana y llegó a prosperar gracias a una infraestructura pensada para una población en crecimiento: contaba con escuelas, hoteles, confiterías, oficina postal, canchas de básquet y fútbol, un teatro y un cine.
En los años 60, el Establecimiento Azufrero Salta (EAS) era el motor de la economía local, y la localidad alcanzaba una población cercana a los 3.000. Sin embargo, los cambios económicos de los años siguientes produjeron una baja en la demanda de azufre.
Una década después, La Casualidad se convirtió en un pueblo desierto y nunca más se volvió a remontar tal escenario esplendoroso de sus inicios, incluso hubo saqueos. Sin embargo, sus ruinas se mantienen estoicas en pleno desierto.
¿Por qué el cementerio de La Casualidad no para de crecer?
Aunque hoy La Casualidad permanece en silencio y sin actividad, su cementerio ha registrado un crecimiento inusual en los últimos años. ¿Por qué ocurre esto? Muchas personas que vivieron allí y atesoran recuerdos de una etapa feliz de sus vidas expresan su deseo de ser enterradas en ese lugar. Los descendientes de antiguos mineros aseguran que la conexión emocional con el pueblo sigue siendo profunda y significativa.
Sucede que este pueblo albergó durante más de 30 años a numerosas familias, conformadas por mujeres y hombres que desarrollaron allí su vida laboral y afectiva. Con el cierre de la mina, ordenado mediante un decreto del por entonces ministro Alfredo Martínez de Hoz, todos ellos debieron afrontar el desarraigo y dejar atrás el lugar que consideraban su hogar.
Cómo acceder a La Casualidad, el pueblo fantasma de Salta
El viaje hacia La Casualidad, un sitio marcado por el silencio y el tiempo, comienza en la ciudad de Salta tomando la Ruta Nacional 51 rumbo al Paso de Sico. En el camino se cruzan Santa Rosa de Tastil, San Antonio de los Cobres y Olacapato. Desde allí, se continúa por la Ruta Provincial 27 en dirección a Tolar Grande, atravesando los majestuosos salares del Diablo, Pocitos y Arizaro.
Después de cruzar el salar de Arizaro y avanzando hacia el suroeste, se llega a la desolada estación ferroviaria de Caipé. Siguiendo ese mismo recorrido hacia el sur, aparece la Mina de La Casualidad, hoy convertida en un testimonio silencioso de su historia.