OPORTUNO. Al auto de Díaz le habían empezado a aparecer varios desperfectos mecánicos; con el 0Km de Números de Oro dejará de renegar. la gaceta / FOTOS DE ANALÍA JARAMILLO
Como en toda buena road movie, hay una heroína silenciosa, un auto que se niega a colaborar, y un destino que parece esquivo... hasta que finalmente llega. En este caso, la protagonista de la historia es María Isabel Díaz, una relojera y jubilada de 70 años, cuya vida acaba de dar un giro tan inesperado como cinematográfico: ganó un auto que sí anda y muy bien: el Renault Kwid 0km con los Números de Oro de LA GACETA.
Por su oficio, la mujer pasa sus días reparando engranajes ajenos, con paciencia, detalle, y espera; las mismas virtudes con las que depositó sus cupones por varios años. Y sin darse cuenta, cada tictac fue un recordatorio de que todo llega a su debido momento.
Ante la atenta mirada del escribano Álvaro Sobrecasas, Gustavo Neme, (gerente Banco Santiago del Estero), y Juan Pablo del Pino (Gerente Tarjeta SOL), a las 11.45 de ayer en los estudios de LA GACETA Central, una tarjeta con el nombre de Díaz fue elegida entre las más de un millón que participaban por el auto.
En su caso, el papel además tenía el sello de la Tarjeta Sol, por lo que con el vehículo también se hizo acreedora de un televisor. Dos premios que ella realmente necesitaba.
Una urgencia
En el portón de Díaz el número 2.419 estaba pintado en la chapa de la calle Florida. Su timbre sonaba, pero ella no estaba. En ese momento, el equipo de LA GACETA que la buscaba se encontró a Micaela González, vecina de la ganadora y la heroína de esta travesía.
Las primeras lágrimas de emoción asomaron en ese momento. “Su felicidad es la mía”, afirmó mientras intentaba contactarse con su amiga por teléfono, e ideaba un plan para ayudarla a sorprenderla.
AMIGAS. Díaz junto a su hija y sus amigas tras recibir la feliz noticia.
“Marisa (como conocen a Díaz en su barrio) necesito que vuelvas urgente a tu casa. Por favor dejá todo, y vení”, le dijo a su vecina que sintió en ese momento cómo se le agitaba el corazón por primera vez. De inmediato la ganadora decidió salir del supermercado donde se encontraba, y regresar a su hogar para acudir al llamado de su amiga. Pero el auto que pronto “jubilará”, le jugó una mala pasada y no arrancó. Ese fue el inicio de la segunda escena.
El encuentro
González siguió el juego, y no quiso perderse la reacción de Díaz al enterarse la noticia, por lo que junto a sus dos hijas, se subieron a la trafic de LA GACETA para ir en su búsqueda.
Y valió la pena el viaje. Los ojos delineados de azul de la ganadora, se iluminaron al saber que el auto 0 Km era suyo. “¡No lo puedo creer! Toda la vida lo esperé!”, confesó con la voz entrecortada, y mientras temblaba de la emoción. El miedo que sintió tras no saber por qué la buscaba con tanta urgencia su vecina, se transformó en felicidad plena y pura.
Ante las cámaras, las amigas que se comparten platos de comida en momentos de necesidad y se acompañan en la vida desde hace más de 20 años, se abrazaron para compartir esta vez un momento de enorme dicha.
“Soy jubilada, pero vivo un momento económico difícil”, reveló Díaz, que cobra una jubilación mínima que se reduce mucho por algunos préstamos que paga actualmente. Por ese motivo arreglar el vehículo en el que hoy se traslada para buscar y entregar relojes, no era una opción. Tampoco su televisor, que se rompió hace un tiempo, y que ahora podrá reemplazar con su segundo premio.
SORTEO. El momento en el que el cupón de la relojera resultó elegido.
En su hogar, Díaz vive junto a su hija, que también fue testigo de todo el momento. Su nombre es Natalia, fue operada dos veces del corazón, y momentos antes había sido ella quien le había recordado a su madre sobre el sorteo con la esperanza de tener buenas noticias.
“Los tiempos de Dios son perfectos, aunque no son los nuestros. Por eso siempre le pedía que en algún momento se acuerde de mí”, reflexionó la mujer que puso 200 cupones en las urnas de calle Mendoza 654, con una fe que fue premiada justo en el inicio de la Semana Santa.
Ahora, con su Renault Kwid blanco e impoluto, María Isabel Díaz iniciará un nuevo camino. Porque aunque el tiempo haya tardado en regalarle algo así, llegó puntual al momento en que lo necesitó.








