La Sala II de la Cámara Federal confirmó este martes el procesamiento del ex presidente de la Nación, Alberto Fernández, en la causa en la que está acusado por violencia de género contra su ex pareja y ex primera dama, Fabiola Yañez.
Con esta decisión, Fernández quedó a un paso del juicio oral y público, a la espera de que el juez Julián Ercolini y el fiscal Ramiro González,quien llevó adelante la investigación, consideren que la etapa de instrucción está finalizada.
El procesamiento, ahora ratificado, fue dictado por el juez Ercolini e incluye los delitos de lesiones leves, lesiones graves agravadas por contexto de violencia de género y amenazas coactivas. El fallo de segunda instancia, que consta de 82 páginas, fue firmado por mayoría por los camaristas Martín Irurzun y Eduardo Farah, mientras que el juez Roberto Boico votó en disidencia, sosteniendo que corresponde dictar la falta de mérito, consignó el sitio de noticias Infobae.
Según la resolución, se acreditó que el ex mandatario golpeó a Yañez al menos en dos oportunidades, provocándole moretones en el brazo y el ojo derecho. Además, se lo acusa de haber ejercido presión sobre la víctima para que no radicara una denuncia penal en su contra, lo que configuraría un delito de coacción.
“Todo demuestra que la damnificada estaba en una situación de notoria desigualdad de poder, tanto dentro como fuera de la pareja, en relación con su victimario”, sostuvo Irurzun en su voto, al que adhirió Farah.
Los camaristas señalaron también que la violencia sufrida por Yañez se dio dentro de la casa de huéspedes de la Residencia de Olivos, donde Fernández era la autoridad máxima. Esta situación habría provocado un deterioro considerable en la salud física y emocional de la ex primera dama.
“Hay fuertes motivos para sostener que los hechos acreditados -que incluyeron lesiones y otras formas de violencia de género- fueron facilitados por la marcada desigualdad de poder que mantenía Fernández sobre Yañez”, agregaron los jueces.
Por último, la Cámara subrayó que dicha desigualdad fue clave para que el ex presidente pudiera influir en la decisión inicial de Yañez de no impulsar la acción penal, lo que permitió que los hechos no fueran investigados de inmediato.