Empieza a sentirse el clima electoral en Atlético Tucumán

Empieza a sentirse el clima electoral en Atlético Tucumán

Mario Leito aparece en escena, aunque el directivo admitió que esta vez no sería candidato. ¿Lo convencerán otra vez sus compañeros?

FIRME. Leito explicó que no dejaría Atlético en una situación crítica.
15 Abril 2025

El proceso político interno en Atlético Tucumán transita una etapa decisiva. A pocas semanas de una posible convocatoria a elecciones, el escenario se mueve entre la construcción de una lista de unidad y la conformación de espacios opositores con peso propio. Atrás parecen haber quedado los tiempos de fracturas internas evidentes; hoy la búsqueda está puesta en cómo integrar, sin perder identidad, y en cómo traducir las conversaciones reservadas en acuerdos posibles.

En este contexto, las palabras que Mario Leito le dijo a LA GACETA hace algunas semanas, resuenan con fuerza. “No voy a ir como candidato. Ya lo dije antes. Mi familia me pide que descanse. No tengo nada que demostrar después de seis mandatos consecutivos como presidente”, dijo el actual presidente. Y aunque el propio Leito había deslizado que las elecciones serían entre junio y julio, la seguridad institucional y la organización en torno al próximo mercado de pases apuran los tiempos.

Otra vez Leito (como pasó en la última elección) advirtió que no sería candidato, aunque en la CD_están tratando de convencerlo de que siga un mandato más; algo que muchos no descartan, y que sería clave de cara lo que se viene. En el caso de que el actual presidente decida dar un paso al costado, Mario Ávila e Ignacio Golobisky aparecen como posibles candidatos a la presidencia.

Uno de los datos salientes que surgen del panorama actual es la existencia concreta de negociaciones para una lista de unidad entre sectores del oficialismo y grupos opositores. El diálogo está abierto con al menos tres espacios con presencia en el padrón y con estructura militante.

La clave de esas conversaciones es el reparto de las vocalías y los cargos que, a diferencia de procesos anteriores, ya no se limitan al simbolismo. A partir de la reforma del estatuto, los vocales deberán asumir funciones reales al frente de secretarías específicas. El modelo implica que cada vocal se hará cargo de áreas sensibles como fútbol profesional, el fútbol amateur, disciplina, cultura, socios o comunicación, entre otros.

Este nuevo esquema de responsabilidades obliga a repensar el armado de listas. La representación ya no sería sólo presencia, más bien se tratará de una gestión concreta. Por eso, el debate hoy no gira únicamente sobre cuántos lugares obtiene cada sector, sino sobre la capacidad real de llevar adelante una secretaría con funcionamiento diario y diálogo con el resto de la directiva.

Mientras tanto, en el oficialismo prefieren guardar bajo siete llaves el nombre de un futuro candidato a presidente. Mientras un sector presiona para que Leito vuelva a candidatearse, otros pretenden esquivar la sucesión y algunos hasta se autopostulan.

Dentro de los sectores opositores más activos se destacan algunas agrupaciones que se fortalecieron en los últimos años y que hoy se presentan como espacios de contrapeso al oficialismo. Estos sectores están en plena etapa de armado de la lista, aunque a esta alturas no descartan un acuerdo de unidad si se respetan sus condiciones. El límite, según señalan, sigue siendo el actual presidente.

La sola presencia de su nombre en una eventual fórmula bajaría cualquier posibilidad de acuerdo. En cambio, si su ausencia se confirma, se abre un abanico de negociaciones posibles.

La opción de que haya elecciones está latente. La normativa vigente establece un piso del 10% de los votos emitidos para acceder a una vocalía como primera minoría. Con esa vara, las agrupaciones opositoras (Deca Cultural, Grandeza Decana, Atlético Celeste y Blanco, Movimiento de Socios, entre otras) evalúan la posibilidad de presentarse por fuera de una unidad general, conscientes de que alcanzar una vocalía les permitiría ocupar cargos reales de decisión. La clave para esos espacios es no sólo reunir los avales suficientes, sino también contar con figuras que puedan arrastrar votos y, sobre todo, socios con cinco años de antigüedad ininterrumpida, una exigencia que reduce el universo de posibles candidatos.

El escenario tiene además otro elemento importante: la reforma estatutaria incluyó la creación de organismos de control y la formalización de agrupaciones, lo que otorga nuevos derechos a quienes ingresen a la conducción desde lugares opositores. Por primera vez habrá representantes no oficialistas con acceso al padrón de socios, con participación en juntas de lectura y con capacidad para incidir en decisiones clave de la vida interna del club.

No se descarta incluso que un referente opositor encabece una lista testimonial como candidato a presidente para garantizar arrastre de votos y luego asuma como vocal. A esta altura, no hay nada definido, aunque hay un gran abanico de posibilidades que también dependen del próximo paso que dé el oficialismo.

Es que si bien el calendario electoral aún no está confirmado, hay versiones que indican que la convocatoria a asamblea extraordinaria sería inminente. Según se comenta en los pasillos del José Fierro, se buscará adelantar las elecciones para fines de mayo, en función del calendario futbolístico y del mercado de pases que se abre en junio. El objetivo sería evitar que una nueva comisión directiva asuma sin margen de acción en una etapa clave de planificación deportiva.

Lo cierto es que el club transita un momento bisagra. Las condiciones están dadas para dar un salto de calidad institucional. Las nuevas reglas obligan a dejar atrás la política de pasillo y asumir responsabilidades concretas. En ese marco, las minorías cobran un protagonismo inédito y las agrupaciones deben decidir si apuestan por una oposición o si se integran al oficialismo.

La próxima semana será decisiva. Las conversaciones avanzan y las definiciones están cerca. Si hay elecciones, el escenario promete ser competitivo. Si se alcanza la unidad, será porque se logró sintetizar una nueva etapa en la vida política del club.

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