LA FIGURA DEL CONSENTIMIENTO. Claudia Sbdar analizó la significación de la libertad de elegir. asdf asdf asdf
El caso de Gisèle Pelicot, la mujer que fue drogada y abusada en Francia, y por el cual se condenó a su marido Dominique Pelicot, y a otros 50 hombres, fue uno de los más resonantes de 2024 y provocó estupor internacional. La historia de la mujer, que decidió hacer una denuncia pública y asistir al juicio como una forma de visibilizar estos casos llegó a todos los rincones del planeta y encendió debates tanto por lo atroz del hecho como por los avatares del propio juicio.
En ese marco, y a horas del Día Internacional de la Mujer, se llevó a cabo en el Salón Azul de la Facultad de Derecho de la UBA la conferencia “Lecciones del juicio Pelicot para la justicia: diálogo entre Francia y Argentina” organizada por la Embajada de Francia en Argentina y por la Universidad de Buenos Aires. La vocal de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán y profesora titular de Derecho Procesal II y de Derecho Procesal Constitucional de la UNT, Claudia Sbdar, fue anfitriona en los dos paneles de la conferencia.
En la primera de las presentaciones, bajo el eje temático “El consentimiento”, expusieron Sbdar, Adelina Loianno (profesora consulta de Derecho Constitucional y Derechos Humanos en la UBA); Susana Medina (Presidenta de la Asociación de Mujeres Juezas de Argentina) y Sonia Pallin (Directora Interregional de la Protección Judicial de la Juventud en el sur de Francia).
Elegir
Sbdar comenzó celebrando el nombre de la conferencia y el diálogo entre Francia y Argentina, y habló de problemáticas comunes. Y analizó la figura del consentimiento, tan presente en el caso de Pelicot, teniendo en cuenta que la mujer fue drogada para que se concretaran los ataques. “Hay que hablar del consentimiento, etimológicamente es sentir con, o permitir que algo pase. Por eso, las acciones de las personas que no perjudiquen a terceros, quedan reservadas para cada persona. Hablamos de la libertad de elegir qué plan de vida queremos. Es la dimensión del consentimiento. La libertad sexual es una manifestación de la libertad”, advirtió la vocal de la Corte. Y profundizó: “desde el Derecho Civil se dice que es consentimiento es unilateral, es decir de quien lo decide, pero hay algo previo y muchas veces posterior, cuando se consiente algo es respecto de algo que se propone con anterioridad”. Remarcó además que “el Código Civil argentino nombra la palabra consentimiento en 104 oportunidades, y el francés, 105”. En ese sentido destacó además que “la prevención es una tarea importantísima y se debe trabajar la idea del consentimiento”.
Lo que faltó en el fallo
A su turno, Loianno realizó algunas críticas al fallo y avdirtió que el caso Pelicot tenía agravantes y que no podía dejar de pensarse en la figura de la trata de mujeres, de la esclavitud, algo a lo que el fallo no apuntó. “La sentencia es de un proceso penal, nada más, pero hay mucho para discutir luego de eso, y se dio en cuatro meses, lo que para nosotros es ciencia ficción”, advirtió. Medina, en tanto, aseguró que los hechos fueron “macabros”. “Afectaron los derechos como la dignidad y la libertad, que están íntimamente ligados con el consentimiento. Consentir significa permitir, es decir que debe estar de acuerdo con lo que se propone. El consentimiento es algo libre, es la forma de participar en una práctica que debe ser pactada y por eso habrá violencia cuando una persona no consienta o no pueda consentir el acto sexual”. En ese sentido, destacó que “en el protocolo se habla de distintos puntos para negar el consentimiento. Y esto es clave. Es imprescindible evaluar los hechos, y tener en cuenta las cuestiones de género, ya que hay que evitar revictimizar a las víctimas. Los jueces y juezas debemos pensar como responsables por los demás”. Finalmente, Pallín advirtió que el caso “tuvo resonancia internacional y se habló en Francia del consentimiento. Este juicio es excepcional, que haya sido público. Hay que tener coraje para ser víctima y que quede en todo en el público”. “En Francia la criminalización de la violación fue un camino lento. Entre 2011 y 2018, mas de 230.000 personas fueron víctimas de violencia sexual, pero muchas no denuncian, y de las que denuncian, sólo el 2% de los dan lugar a condena”, aseveró. Y luego afirmó: “en los tribunales franceses, los acusados ponen excusas y muchas veces se les creen. Se conocen las ambigüedades de la ley francesa, que no contempla el consentimiento. Debemos evolucionar para proteger a las víctimas de un flagelo que debe ser combatido sin tregua”.
Gisèle Pelicot
Gisèle Pelicot dio pie con su historia a la reivindicación de las víctimas
Durante casi una década, Gisèle Pélicot fue drogada por su ex marido Dominique, que reconoció haberla violado y haber invitado a decenas de hombres que había reclutado por Internet a mantener relaciones sexuales con ella en la cama de su casa, mientras ella estaba inconsciente. Fue ella quien decidió renunciar al anonimato y sacar a la luz este juicio, haciendo, según sus palabras, que “la vergüenza cambie de bando”, de la víctima al violador. Dominique Pélicot fue sentenciado a 20 años de prisión por violación agravada y realización y distribución de imágenes de Gisèle, y realización y distribución de imágenes sexuales de su hija Caroline y las esposas de sus hijos. No podrá optar a libertad condicional hasta que haya cumplido dos tercios de la pena. En las últimas horas su hija también lo denunció por violación. Los otros 50 acusados recibieron penas de entre 3 y 15 años









