

Fue uno de los médicos psiquiatras más importantes del siglo XX en América latina. Se adelantó en su época introduciendo el modelo biopsicosocial de la enfermedad desarrollando la visión del enfoque integral de la medicina. Había nacido en Arequipa, Perú, y estudió medicina en Argentina (Buenos Aires). Se llamaba Carlos Alberto Seguín y fue uno de los mas grandes psiquiatras del hermano país. Permítaseme citar lo que él le escribió a su hijo quien había decidido estudiar medicina siguiendo sus pasos. “Hijo mío. Tú quieres ser médico. Tu idea me halaga y me preocupa. Me halaga porque a través de 25 años la vida me ha enseñado a respetar, honrar y amar mi profesión. Me halaga porque has aprendido a mirar el quehacer de tu padre como una aspiración para ti. Me halaga porque me dice que has sido capaz de comprender algo de lo que la medicina es como ideal y como posibilidad. Asimismo, me preocupa tu decisión porque me pregunto si en realidad sabes todo lo que ser medico significa. Me preocupa porque quisiera adivinar si detrás de ella hay solo un deseo de imitarme. No lo sé, y es por eso que quiero decirte lo que creo que un médico es y lo que creo que es la medicina. Y espero que al leerme te acerques mas a la realidad de esta profunda ciencia y maravilloso arte y que la veas a través de unos ojos que han visto mucho y la ames junto a un corazón que la ha amado siempre”. Me hago eco de estos pensamientos del Dr. Seguín, por cierto que son hermosas palabras, las primeras del prólogo de su magnifico libro titulado: “Tú y la Medicina”. En el plasmo todo lo que pensaba y sentía por esta noble profesión. Pues bien, cada 3 de diciembre desde 1956 se celebra el Día del Médico en Argentina en reconocimiento al investigador cubano Carlos Finlay por sus descubrimientos sobre la Fiebre Amarilla. Ser médico es ejercer con amor, con respeto, con responsabilidad y con comprensión de la situación de minusvalía del enfermo. Pero también escuchando, conteniendo, acompañando, empatizando, siendo conscientes de nuestros límites y entregando al enfermo todo lo mejor de nosotros, con humanismo y con vocación, con o sin tecnología y con o sin Inteligencia Artificial. En lo personal siento que si volviera a nacer volvería a elegir medicina. Sería médico una y mil veces. A pesar de que se esgriman y citen razones en contra como la carga excesiva de trabajo, el bajo sueldo, el sacrificio personal y familiar y/o el escaso apoyo social y de los sistemas de salud creo yo que la medicina seguirá siendo esa profesión que se ejerce con vocación de servicio, para ayudar o servir al otro, o como alguna vez señalo Santa Teresa de Calcuta: “que nadie venga a ti sin irse mejor y más feliz”. ¡Un gran abrazo a todos mis colegas en su día!
Juan Marcotullio
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