¿Cómo afectan las alturas de los techos a nuestro cerebro?

¿Cómo afectan las alturas de los techos a nuestro cerebro?

Los diferentes espacios causan distintas experiencias en las cabezas de las personas.

Los espacios afectan a nuestras emociones, según la neuroarquitectura. Los espacios afectan a nuestras emociones, según la neuroarquitectura.
07 Mayo 2024

La altura del techo de los lugares que habitamos o a los que asistimos pueden condicionar ampliamente los procesos y las emociones del cerebro. La neuroarquitectura se ha encargado de investigar este fenómeno.

Una catedral espectacular, un rascacielos envuelto entre nubes, una sala de estar forrada de almohadones y luces tenues, un puente kilométrico, son paisajes arquitectónicos que pueden desatar una cadena de emociones y experiencias en nuestro cerebro. Estas fueron estudiadas por los diversos investigadores y dieron lugar al nacimiento de la neuroarquitectura.

¿Qué es la neuroarquitectura? el poder de los espacios en nuestro cerebro

La neuroarquitectura surge de la fusión de la neurociencia y de la arquitectura. Esta disciplina trata de comprender cómo el espacio afecta a nuestro cerebro y en consecuencia, a nuestro estado emocional y comportamiento, de acuerdo a la información facilitada por el grupo de Investigación del Instituto de Investigación e Innovación en Bioingeniería i3B, de la Universidad Politécnica de Valencia, España.

Así los espacios intencionalmente o no, provocan emociones en nuestros cerebros. Los espacios impactan en nuestros estados emocionales. Esto quedó sentado a partir de diferentes estudios que a través de la medición de la actividad cerebral pudieron detectar cuáles eran las reacciones de las personas frente a sus espacios.

Techos altos, cómo afectan a nuestro cerebro y qué emociones provocan

Esto quedó sentado en un estudio que buscó destacar qué emociones provocaban los techos altos en las personas. Esta investigación fue dirigida por el psicólogo Oshin Vartanian de la Universidad de Toronto. En éste, el equipo de investigación realizó una prueba con 200 participantes que fueron analizados por un escáner cerebral mientras observaban imágenes de habitaciones con diferentes alturas de techos.

Los voluntarios debían responder si la habitación les parecía bella o no, pero los datos realmente valiosos se obtuvieron al observar la actividad cerebral, más allá de que los espacios con techos elevados recibieron más valoraciones positivas.

La investigación detectó que en los momentos en que las personas observaban este tipo de construcciones de techos altos se mostraba  mayor actividad del lado izquierdo e izquierdo frontal medio del cerebro, dos sectores que están relacionados con la exploración visual-espacial y las funciones sensoriales.  

Otras investigaciones demostraron que las dimensiones de una casa afectan a la respuesta de nuestro cerebro. Los techos altos favorecen la creatividad, mientras que los techos bajos dan paz ayudando a la relajación y la concentración. Por otro lado, las estancias con formas orgánicas y redondeadas aportan tranquilidad.

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