Cuevas habló sobre la obsesión de los hinchas de San Martín de Tucumán: "La gente está dolida por lo de la Pandemia"

Cuevas habló sobre la obsesión de los hinchas de San Martín de Tucumán: "La gente está dolida por lo de la Pandemia"

El volante analizó la actualidad del "santo" y aseguró que el equipo mejoró el funcionamiento con respecto a las primeras fechas.

Cuevas habló sobre la obsesión de los hinchas de San Martín de Tucumán: La gente está dolida por lo de la Pandemia Prensa CASM

La experiencia de Juan Cuevas fue una de las grandes apuestas de San Martín durante el mercado de pases. Creatividad, visión de juego e inteligencia posicionaron al volante como una de fija en el medio campo de Diego Flores. Sin ninguna ausencia en el campeonato, el ex Everton de Chile incluso marcó en dos ocasiones. Sin embargo el mediocampista reconoce que la carrera por el objetivo recién comienza y que el equipo sigue en búsqueda de su mejor versión.

“Si bien venimos de dos empates seguidos, hubo un gran cambio en el funcionamiento del equipo. Con el paso de las fechas, logramos conocernos más como equipo y aprendimos los movimientos de cada uno de los jugadores. Aunque todavía no llegamos a nuestro pico de rendimiento”, anticipa el volante. “Aunque en San Juan nos superaron en el juego, logramos conseguir un punto valioso porque es uno de los equipos más difíciles. Eso sí, en el último partido merecimos mucho más. Todos los equipos que vienen para acá terminan haciendo lo mismo: se meten atrás y complican mucho nuestro juego. De igual manera, generamos muchas situaciones. Tenemos que estar tranquilos porque este es el camino para seguir creciendo”, explica.

Cuevas, además, considera que el hincha de San Martín tiene una sola obsesión en su cabeza: el ascenso a la Liga Profesional. “La gente quiere lograrlo sí o sí. Es algo que vienen arrastrando hace varios años. En Pandemia, estuvieron muy cerca de conseguirlo y, después de hacer una gran campaña, no lo hicieron ascender. Ese hecho hizo que la gente quede dolida y quiera volver como sea. Estoy seguro que si estuviese en Primera, la gente cambiaría en el nivel de exigencia de querer ganar siempre. Ojalá se lo podamos dar porque es una hinchada que se lo merece”, dice.

Según el volante, esta situación obliga a los jugadores a aprender a manejar las emociones de los hinchas. La volatilidad del “termómetro” anímico depende del resultado y se convierte en un arma de doble filo. “Intento no leer redes sociales. Cuando ganás, te suben a un pedestal que no es el correcto y, cuando las cosas no salen, te consideran que sos el peor. Es normal que la gente se enoje si tiramos un centro mal; lo entendemos porque es parte del juego. Pero tenemos que abstraernos para sacar nuestro mejor nivel”, señala.

Para aminorar los golpes, Cuevas considera que el equipo tiene la misión de hacer que el hincha se sienta identificado con su juego para lograr el “plus” de local. “Cuando jugás de visitante te das cuenta si la hinchada local insulta a su equipo y lo aprovechás para jugar con eso. En cambio, cuando los hinchas están compenetrados con el equipo, es algo que se siente; es una ventaja”, asegura.

Cuevas consideró que San Martín logró consolidar una gran convivencia dentro del plantel. En este sentido, el volante generó una gran relación con Junior Arias. “Tenemos hijos de la misma edad y compartimos varias cosas. Incluso nuestras familias ya se conocen lo que muy bueno”, dice, aunque también valora el vínculo que logró con otros jugadores. “Tengo muy buena relación con varios compañeros; con Mateo (Acosta),  con Agustín Dattola, con Joaquín Ibáñez, con Gonzalo Klusener y con ‘Pepe’ (Darío) Sand”, comenta.

En esta etapa de su carrera, el volante asegura que vive el fútbol de una manera más “tranquila”. “De manera inconsciente uno va cambiando con el paso del tiempo. Antes era más de bromear y de estar inquieto. Ahora ya no lo hago tanto. La rutina en lo profesional también cambia. Tenés que cuidarte más porque cambia mucho el metabolismo. Eso sí, todavía mantengo la esencia que me caracterizó a lo largo de mi carrera y siempre intentó estar bien para disfrutar con el grupo. Hago chistes, aunque ya no como antes”, confiesa.

Cuevas siente que la mudanza fue un éxito. “Veníamos de vivir muchos años en Chile y, antes de venir a Tucumán, teníamos muchas dudas sobre la adaptación. Pero todo salió bien. La gente me recibió de la mejor manera y con mi familia estamos alquilando una casa de manera temporal, pero ya estamos buscando una vivienda definitiva. Además, los chicos ya comenzaron el colegio y eso es un gran avance. Creo que ya nos adaptamos a la ciudad”, describe. “Conocía muchos ‘dialectos’ tucumanos porque fui compañero de ‘Polaco’ (Cristian) Menéndez en Everton. Él siempre soltaba uno que otro insulto y nos reíamos. Igualmente, cuando llegué a Tucumán me sorprendió la expresión ‘meta’. Me parece una palabra muy práctica para referirse cuando uno entiende algo; la uso bastante”, dice entre risas.

El fútbol es la gran pasión de su vida, aunque su corazón esta dividido en dos. En primer lugar, siente gran cariño por Gimnasia de La Plata, club en el que se formó desde los 14 años. “Siempre fue mi casa y por eso le guardó mucho cariño. Tengo la camiseta y siempre intento seguirlo”. Aunque también se define como un fanático de Diego Maradona. “Es el ídolo de muchos de nosotros. Marcó un montón de épocas. Incluso, mis hijos lo conocen y se sienten identificados. Ojalá hubiese sacado un poco de su juego, ja”.

Fuera del rectángulo verde, Cuevas tiene otra pasión deportiva: el tenis. “Había empezado a jugar, pero tuve que dejarlo. Me divierte mucho y creo que lo voy a practicar más seguido una vez que dejé el fútbol”, avisa, aunque también pasa su tiempo tocando la guitarra. “Soy muy básico. Tocó cumbia y algunos temas de rock que son fáciles; de las bandas No te va a gustar y Guasones”.

Cuevas también destaca que tiene una familia muy aficionada a los deportes. “Nos gusta mucho. Mi esposa y mi hijo más chico hacen equitación y ya encontraron un lugar para seguir haciendo la actividad acá en Tucumán. Mi hijo, el del medio, está yendo a fútbol en Valladares. Sólo falta que consigamos un club de vóley para mi hija”, puntualiza y deja una sentencia que hace pensar que puede quedarse a vivir en La Ciudadela. “Ojalá me quedé muchos años. Confió en que vamos a lograr el ascenso”, sentencia el “10” que intentará aportar su juego para que el equipo pueda llegar a buen puerto.

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