La ciudad más antigua del mundo: sus comienzos fueron en la Era de Hielo y has sido habitada ininterrumpidamente

La ciudad más antigua del mundo: sus comienzos fueron en la Era de Hielo y has sido habitada ininterrumpidamente

Ubicada en el Medio Oriente, esta ciudad fue declarada como la más antigua del mundo.

Jericó, la ciudad más antigua del mundo. Jericó, la ciudad más antigua del mundo.
25 Abril 2024

En el momento en que el mamut lanudo y el tigre dientes de sable se paseaban entre medio de la expansión de grandes masas de hielo, esta ciudad ya se organizaba y albergaba entre sus casas a los descendientes de quienes ahora habitan Jericó, la ciudad más antigua del mundo. Famosa por encontrarse en los pasajes bíblicos, esta locación palestina tiene sus orígenes en la última Era de Hielo, hace 11.000 años atrás.

Catalogada como la ciudad más antigua del mundo que ha sido habitada de manera ininterrumpida, son 11.000 años de historia los que caracterizan a Jericó. Los cazadores y recolectores de aquellos años fundaron un campamento en medio del desierto de Judea y así cimentaron las bases de la cultura natufiense, una de las más importantes del período transicional entre el paleolítico y el neolítico.

Jericó, un lugar óptimo para vivir hace 11.000 años

Más tarde los natufienses se establecieron de manera permanente ya que Jericó les pareció un lugar adecuado para sembrar, cultivar y hacer que su comunidad creciera. Con el fin de las heladas el ambiente se transformó en un lugar mucho más agradable para vivir y así más propicio para el desarrollo de herramientas y cerámica.

Y así Jericó sentó las bases para que sus habitantes jamás la abandonaran y esta nunca sea un lugar inhóspito. De acuerdo con los registros de World History Encyclopedia, al norte de la urbe se encuentran los asentamientos más viejos. Ahí mismo, se han encontrado restos de cerámica, tallas en piedra y bloques grabados con inscripciones prehistóricas.

Murallas, pasajes bíblicos y ataques a Jericó: ¿qué hace tan famosa a esta ciudad?

Las distintas misiones arqueológicas han dejado evidencia de al menos 70 hogares prehistóricos, situados cerca del manantial Ein as-Sultan, que seguramente les abasteció de agua. Éstas eran viviendas circulares, con al menos 5 metros de diámetro, hechas de arcilla y paja. Luego estos hogares fueron avanzando en tecnología y sus habitantes aprendieron a usar las rocas originarias del lugar para construir muros y torres. De esta manera establecieron sitios de vigilancia para invasiones extranjeras y para advertir los cambios en el agua manantial.

Y uno de sus muros se volvió un emblema histórico ya que protagonizó uno de los episodios más famosos relatados en la Biblia. Hacia el año 8.000 a.C, Jericó creció exponencialmente, y con ello los habitantes construyeron una muralla de 3.5 metros de alto y con un grosor de unos 1.8 metros para protegerse de psoibles inundaciones del manantial.

Sin embargo, el propósito de la muralla les sirvió a los habitantes para protegerse de otra amenaza que no eran los asentamientos de agua, según la Biblia. Josué, sucesor de Moisés logró la conquista de Jericó junto con el pueblo de Israel y allí se desató una batalla violenta hacia el año 14000 a.C, donde después de cruzar el río buscando la Tierra Prometida, los israelitas derribaron todos esos muros construidos y luego de 7 días de sitio militar, la ciudad cayó.

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