Una memoria epistolar, una confesión y su vínculo con el destino americano

Una memoria epistolar, una confesión y su vínculo con el destino americano

Complejidad cultural y política sobre el período de la Colonia y la Conquista de América.

GABRIELA CABEZÓN CÁMARA. Integra una generación de autoras argentinas que se atreve a desobedecer los paradigmas de la novela histórica. GABRIELA CABEZÓN CÁMARA. Integra una generación de autoras argentinas que se atreve a desobedecer los paradigmas de la novela histórica.
07 Abril 2024

NOVELA

LAS NIÑAS DEL NARANJEL

GABRIELA CABEZÓN CÁMARA

(Random House – Buenos Aires)

Las niñas del naranjel, Premio Ciutat de Barcelona 2023. Novela de Gabriela Cabezón Cámara, escritora con un gran potencial creativo, percibido a través de la construcción de su gramática y de su modus operandi con el lenguaje. Integra una generación de autoras argentinas que descuellan por sus propuestas. Se atreve a desobedecer los paradigmas de la novela histórica.

Su irreverencia se une a la de un personaje histórico, el de la “monja Alférez”, Catalina de Erauso que vestida de soldado viaja a América y participa en la Conquista del Continente.

Antonio/Catalina, tendrá varios nombres; será soldado, arriero, gourmet, paje, alférez, condenado por un crimen que no cometió, aunque sí, otros; un vizcaíno, antes una niña vasca que huye con quince años, que encuentra y cría a dos niñitas guaraní, Michi y Mitakuña; ésta niña es quien quiebra el espacio epistolar de la escritura de Antonio a su tía, para preguntar: “Che vos/ ¿Qué?/ Contáme de la Señora…Esa que se llama Virgen, che.(,..) Che, ¿quién es Dios? ¿Y quién es el papá?/El papá de Dios es Dios...”

La narración construye así, los conflictos culturales y la presencia de los españoles para la transformación religiosa, política y social de América, representando las confrontaciones en las diferentes cosmovisiones de mundo; las complicaciones y confusiones que implicó el discurso de la Colonia; la mezcla de culturas y lenguas que la autora trabaja con audacia a lo que suma el tratamiento de la identidad de género.

Con una prosa deliciosa, a la vez traumática, truculenta en la figuración del patíbulo donde los presos son ahorcados, la narración se torna violenta y grotesca; sin embargo no se opaca el lirismo elaborado a partir de la naturaleza misma que es bella y amenazante, de la flora y de la fauna americana, de sus frutos, del agua de sus ríos; ahí se irradia con una poética vital la natural maravilla americana. El discurso alude a la destrucción que hace de ella el hombre con sus ambiciones de poder y riqueza.

La novela remite a las ansias de libertad de un mundo de oprimidos rebeldes que resisten al poder del Rey de España. A la vez, apela a una multiplicidad de formas: la presencia de lo epistolar, la confesión, lo autobiográfico, las Crónicas de India, en su versión de un “mundo alucinante” que nos recuerda al desobediente Reynaldo Arenas.

Su provocativa insubordinación en los procesos de selección del lenguaje la hacen merecedora de un lugar canónico dentro del sistema literario argentino.

© LA GACETA

LILIANA MASSARA

Perfil

Gabriela Cabezón Cámara nació en San Isidro, en 1968. Traducida a más de una decena de idiomas, es autora de las nouvelles Le viste la cara a Dios (2011) y Romance de la Negra Rubia (2014), y de las novelas La Virgen Cabeza (2009) y Las aventuras de la China Iron, finalista en la lista corta del International Booker Prize (2020) y del Médicis (2021).

Las niñas del naranjel*

Por Gabriela Cabezón Cámara

No podía creer su suerte. Era la mañana del día en que estaba sentenciado a la horca. De no haber soñado y cantado, en una hora debería marchar, encadenados los pies, las manos y el cuello, en la tristísima fila de los villanos al patíbulo. En cambio se estaba yendo  al río. (…) se internó en la selva. Sintió lo fresco de la sombra húmeda y tupida de los árboles (…) Cuando llegó a la orilla posó sus vestidos nuevos sobre una rama. Se sacó todos los andrajos. Antonio siempre recuerda que lo pueden estar mirando. El agua lo abrazó cálida, transparente. Se dejó llevar. Se entregó a la delicia del día. En vez de ir hacia la muerte estaba nadando junto a los dorados que pegaban saltos, cometas fugaces, y a los surubíes tigres, que le hacían de escolta como si fuera un rey. Lo espiaban los tucanes con sus cuerpos negros y sus cuellos blancos. Dónde estarán los curas. Las urracas gritaban voces coloridas.

*Fragmento.

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