Cartas de lectores: Saint-Exupéry: escribir y volar

Cartas de lectores: Saint-Exupéry: escribir y volar

22 Marzo 2024

Vivió tan solo 44 años y fue aviador en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Volaba y escribía, y a pesar de su breve paso por este mundo se convirtió post mortem en el autor francés más leído de la historia: Antoine de Saint-Exupéry. Traducido a 250 idiomas y dialectos en todo el planeta con su obra “El Principito”, su libro cumbre paso a ocupar uno de los primeros lugares entre los libros más vendidos del mundo con aproximadamente 140 millones de copias. Este año se cumplen 80 de su desaparición y hoy se sabe ya que un avión caza de la Luftwaffe alemana lo derribo en el Mar Mediterráneo ese fatídico 31 de Julio de 1944. Más de medio siglo después de ese día en que se dijo que: “el piloto no volvió a la base” un pescador en 1998, frente a Marsella, cerca de la isla de Riou, encontró una pulsera con el nombre grabado de quien había sido su antiguo dueño: Antoine de Saint-Exupéry. Días después un submarino hallaría los restos del avión Lightning que el piloteaba. Cayo el último día de julio solo 4 semanas antes de que París fuera liberada de los nazis, por lo que ni disfruto de ello, ni tampoco del éxito de publicación de su obra cumbre “El Principito”, una de las mejores creaciones literarias del siglo xx. También tuvo su pase por nuestro país y fue piloto aeropostal con una filial patagónica en los años 1929 y 1930, y de esa estadía en Argentina iba a nacer su enamoramiento con una dama salvadoreña con la que contrajo enlace: Consuelo Suncin. La actividad literaria del escritor francés estuvo a la par de su labor como aviador y es así que escribió libros como “Piloto de Guerra” (1942) y “Vuelo Nocturno”, vinculados a su trabajo y que son verdaderos alegatos antibélicos y crónicas de Francia que evacuaba a sus pueblos del avance y ocupación nazi. Una de las aeronaves usadas por él se conserva en Argentina en el Museo Aeronáutico Nacional de Morón, reliquia de un hombre apasionado por los vuelos y la escritura, y que nos dejó frases inmortales y memorables de El Principito como: “Todos los mayores han sido primero niños, pero pocos lo recuerdan” o “He aquí mi secreto, que no puede ser más simple, solo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible a los ojos”.

Juan L. Marcotullio 


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