18 Marzo 2024 Seguir en 
Foto: Freepik
Desde los inicios de Facebook, las cadenas con predicciones apocalípticas no dejaron de circular. Incluso con el desarrollo de las tecnologías, migraron a WhatsApp en cuanto pudieron. Pero esta vez, las advertencias por una tormenta solar en 2025 son reales y podrían afectar directamente las conexiones de Internet.
En 1859 el Evento Carrington produjo el colapso de los incipientes desarrollos eléctrico-tecnológicos del momento. Por eso los especialistas sostienen que, si se diera en la actualidad, podría causar estragos y hasta dejar al mundo sin Internet durante algunas semanas.
Qué fue el Evento Carrington
En septiembre de 1859 se produjo una gran eyección solar que impactó a diferentes países alrededor del mundo. Durante los últimos días de agosto y primeros de septiembre se observaron luces en el cielo similares a las de las auroras boreales. En Europa y Norteamérica, la desmedida irradiación solar también llego a ocasionar incendios.
El primer día de septiembre el Sol despidió una llamarada que llegó a la Tierra solo 17 horas después. El campo magnético del planeta se deformó permitiendo el ingreso de partículas solares que interrumpieron el funcionamiento de las redes de telégrados que llevaba solo unos años funcionando en Estados Unidos.
¿Sería una tormenta solar el fin de Internet?
En el siglo XIX, los desarrollos eléctricos eran incipientes en relación a los que existen en la actualidad. Hoy, la mayor parte de nuestros sistemas funcionan con conexión eléctrica que resulta muy débil si de tormentas solares se trata. Los primeros afectados podrían ser los satélites, que ya resultaron dañados por tormentas eléctricas en otras oportunidades.
En 1859 una tormenta solar provocó que dejara de funionar una planta hidroeléctrica de Qebec durante nueve horas. En 1994 hubo otro de estos eventos que afectó dos satélites de comunicaciones y, en consecuencia, periódicos, redes de televisión y de radio. Por ello se estima que, de suceder el año próximo, sería mucho más perjudicial para las conexiones móviles y de WiFi, como las conocemos.
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